La primera noticia que tuve de esta peli del andaluz Paco León fue por el cartel que circula en las redes sociales en el que la cara de Carmina se sustituye por la de Rajoy. Nada que ver la ineptitud del presidente del gobierno de España con la fuerza, el coraje, la sabiduría, la humanidad y la simpatía de Carmina.
La peli se ha hecho famosa por la forma en que ha sido distribuida, rompiendo los esquemas tradicionales. Puede verse en la red, descargarse, ir al videoclub a por ella, alquilarla, comprarla, verla en la gran pantalla. Toda una gama de formas y precios. Pero su éxito sólo puede ser debido a su calidad, Paco León ha tocado la tecla del arte.
Encuentro en la peli resortes tan dispares como los de Coge el dinero y corre de Woody Allen, Deprisa deprisa de Saura, del realismo social italiano, del cine de Berlanga, de Fernando León de Aranoa, e incluso de Benito Zambrano. También la inversión del esperpento valleinclanesco que pasa a mostrar la vis cómica de la tragedia. Todo mezclado con una moderada técnica documental da como resultado un muy muy original lenguaje cinematográfico.
La película debe haber sido rodada con cuatro perras mal contadas en comparación con las grandes producciones. Esa debilidad inicial se transforma con un guión, un trabajo de actores y una certeza tan apabullante en la elección de los planos y su secuencia en una tremenda fortaleza expresiva.
La historia y las historias de esta mujer de bandera camino de los 60, a un tiempo libre y atrapada por su entorno, te absorben sin contemplaciones de principio a fin. Desde la primera escena, un primer plano en el que Carmina se presenta a sí misma, encendiendo sus cigarrillos con un largo clíper de cocina, connives con el personaje.
Carmina es muchas cosas, también es filósofa. “Si yo faltara que iba a ser tos estos”. Lo que más le preocupa es la muerte. No quiere que la entierren “tendía”, ella quiere que la lleven al cementerio sentada en un sillón encima del coche fúnebre, con su cigarrillo en la mano, ese es el homenaje que desea. Que la gente sea feliz y se ría en su entierro a carcajada limpia diciendo “mira la Carmina, ahí va tan tiesa.”
Carmina es la clave de bóveda de la familia, que se mantiene estructurada gracias a su inteligencia, su generosidad y su capacidad de aguante. Hay muchas Carminas en Andalucía en todos los barrios y en todas las capas sociales, unas son así y otras son asá pero todas soportan el peso de la vida, la suya y la de los demás.
Porque para ellas “la vida es tan bonita que parece de verdad.”
En twitter @marioortega
Publicado en www.paralelo36andalucia.com