La Junta, en cuestiones de empleo, y en otras, pone parches, remiendos y recortes obligados. Demasiada sumisión al gobierno central, demasiada. 54 millones para construcción sostenible, empleo joven e inclusión social, que de momento gestionan municipios y diputación para mayor gozo de quienes cuentan las horas de su poder local queriendo imponer una reforma de ley electoral que lamine definitivamente los consensos y la pluralidad democrática municipal.
Nos acusan de pedir imposibles mientras van haciendo posible sus anhelos de retorno al pasado, ese pasado en el que estudiar era un lujo, la salud una quimera, la jubilación digna una utopía, y el acceso a la cultura una cosa de fiestas de smoking y trajes de noche.
Ese pasado que ignoró a Lorca y que ahora retorna olvidando el cómo y el porqué de su asesinato. Sí, Federico no nos dejó en el 36, lo asesinaron quienes sumieron a España en una noche negra. Como ahora la juventud no se va a la aventura extranjera, la exilian porque aquí el futuro es escaso.
En fin, son tiempos de volver a hacer posible lo imposible.