miércoles, 15 de octubre de 2014

Mucho ruido y pocas nueces


Ya sabíamos que Granada es una ciudad ruidosa. Que haya dejado de estar entre las siete ciudades europeas más ruidosas es todo un indicador del grado de su enfermedad sonora. Granada, no es ya la ciudad mitológica del rumor del agua.


Pero no nos confundamos, el ruido de la ciudad es debido al tráfico, como la contaminación atmosférica, otro asunto en que batimos récord.

Es normal que sea así, llevamos muchos años con un gobierno municipal, con un alcalde, que es mucho ruido y pocas nueces, que contamina todo debate que toca.

Pongamos algunos ejemplos recientes. Con el ferial, que si tienen la culpa los caseteros, con el metro que si tiene la culpa la Junta, con el LAC que si ya nos iremos acostumbrando, con la universiada y las exenciones fiscales que si “tan tonto no se puede ser” le dice a Cuenca, con el saldo negativo de los tributos del Estado en los presupuestos, y la correspondiente devolución de tres millones de euros al gobierno de España, seguro que le dirá a Puentedura que se vaya al colé a repasar matemáticas.

Así es nuestro alcalde Torres Hurtado, el caprichoso, el que se empeña en seguir y seguir a sus sesenta y siete años de edad, una bonita edad, digo yo, para jubilarse.