Mientras nuestros viejos gobernantes recurren a sus viejas retóricas, sacando de sus ajados monederos calderillas de latón, la sociedad, la gente, espera su momento.
Tendremos un gobierno de España empeñado en el birlibirloque de las cifras del despegue, en tanto el vuelo real sigue anclado al suelo de la putrefacción.
Tendremos un gobierno andaluz acelerado por sacar todas las leyes comprometidas que no ha sido capaz de sacar en tres años de desasosiego.
Tendremos un gobierno municipal sin más que hacer que dedicarse a dar palos de ciego contra la Junta y preparar su últimos rifirrafes a ver si le dan réditos electorales. Ya ha empezando otra vez el alcalde pidiendo dos euros por la Alhambra como quien pide un chavico pa la cruz.
Vienen meses de discursos triunfalistas, pero ya nunca estarán envueltos en papel de celofán, ahora el papel que envuelve el festín del poder es el higiénico.
Entre tanto, con la paciencia de un orfebre, el pueblo, la gente, acumula sueños de mar.
Feliz 2015, pinta que será el año del cambio.