miércoles, 27 de abril de 2022

Que Andalucía vote por Andalucía

El presidente andaluz, Juan Manuel Moreno Bonilla, ha convocado elecciones arrastrando los pies. Toda la legislatura agradecido, en la práctica, al legado de Susana Díaz. Ninguna iniciativa política en defensa de intereses transversales del sistema productivo andaluz. Continuidad. Andalucía sufre un gobierno mortecino, dependiente de los intereses partidistas del PP con sede en la capital del reino.

Si la autonomía andaluza, conseguida mediante la movilización, 4D de 1977, y el ejercicio del derecho a decidir, 28F de 1980, se relaciona con la educación y la sanidad pública, el retorno de la emigración, la asunción de la cultura propia como elemento de identidad universal y con la prosperidad transversal y su distribución territorial, el presidente andaluz es antiandalucista, tanto como el nacionalismo español de Ciudadanos o Vox.

Todo lo que simbólicamente representa la bandera de Andalucía va en retroceso. El gobierno del PP y Ciudadanos ha ignorado derechos sociales, ambientales, laborales, de género, de memoria histórica, y culturales. Un imposible retorno al pasado de la economía del crédito y la especulación urbanística. Desarrollo agrario, industrial y tecnológico, cero. Desempleo estructural, emigración cualificada, escasez de oferta pública de empleo y precariedad laboral, mil. Privatizaciones, adelante España.

El bloque de dirección de estado, en definición estratégica de Pablo Iglesias, es plurinacional. Sin reconocimiento de la plurinacionalidad es imposible tener fuerza de cambio progresista. El PSOE juega en el pliegue entre España entendida como un corsé centralista monárquico limitante de derechos, lo que asume como partido del régimen, y la España plurinacional, mosaico con características políticas, económicas y culturales diversas, obligado por los números parlamentarios.

El neoliberalismo busca la anulación de los poderes territoriales para reducir la complejidad de sus relaciones de fuerza. El federalismo republicano, confederalismo si quieren, es el marco político más potente para enfrentarse al proyecto de la derecha de poner el estado al completo servicio de las elites globales. Ignorar políticamente la potencia política y cultural de Andalucía, como elemento decisivo en el avance hacia la democratización del estado, es dejar las puertas abiertas para la expansión de la ultraderecha. Lo que hizo el PSOE susanista hasta que las elecciones de 2018 lo extrajeran del poder.

El presidente andaluz colocó en su solapa la corona real sobre el escudo de Andalucía. Vasallaje. Un proyecto andaluz que aspire a gobernar de verdad democratizando las relaciones de poder, debe poner en el centro el republicanismo federal. Las elecciones andaluzas del 19 de junio las convoca un presidente que arrastra los pies para eludir los debates que a Andalucía importan. El frente progresista, con voluntad de poder, conformado en torno a Podemos Andalucía e IU-A, ha de activar la esperanza instigando que Andalucía vote por Andalucía.

domingo, 10 de abril de 2022

Andalucía, la bandera es nuestra esperanza

Se aproximan las elecciones andaluzas. Toni Valero, líder de IU Andalucía, reflexionaba en Córdoba sobre el frente amplio andaluz. Su discurso definía un amplio marco progresista para cultivar la esperanza: el andalucismo de izquierdas federal y republicano, clave de bóveda para que Andalucía se defienda a sí misma y sume en un estado plurinacional justo. Ese marco trazado con los vectores del feminismo, el ecologismo y el socialismo es la puerta de la esperanza en Andalucía.

Que el PP está maniatado por Vox es una realidad tangible. Imposible un PP centrado, europeísta y democrático por mucho que Feijóo se empeñe y Sánchez ayude. Da lo mismo que sea estrategia de comunicación o trasunto veraz, la moderación práctica del proyecto conservador español es, hoy por hoy, una ilusión óptica. El PP, tres veces condenado por corrupción, lleva en su cogote el rugido neofascista. Si fiscalía y justicia investigan en serio el latrocinio comisionistade Ayuso y Almeida, consumado mientras morían ancianos abandonados en las residencias y circulaban fakes con ataúdes en la Gran Vía, se limitará el campo de reconversión del voxificado PP, al tiempo que se fortalecerá, por desplazamiento espectral, el espacio de ultraderecha.

Los medios de comunicación españoles, domiciliados en Madrid, han construido un fortín ultra. Las elecciones andaluzas revelarán si los grandes grupos de comunicación están dispuestos a achicar el espacio de Vox o a sostenerlo. Andalucía no tiene ecosistema mediático propio. La prensa y las televisiones hechas desde Madrid despacharon a Albert Rivera en tres semanas, a Pablo Casado en tres días. ¿Derribarán a Vox? No está en sus planes. Ese es el gran problema de la supuesta estrategia de moderación de Núñez Feijóo y Moreno Bonilla.

El presidente andaluz del PP pedirá el voto útil del PSOE con el argumento de que así anulará su dependencia de Vox. Pretende capturar el voto del hundimiento de Ciudadanos y aumentar el espacio por el llamado “centro izquierda”. Tiene sentido, la marca PSOE-A es una vieja conserva en la despensa de parte de su electorado más derechizada. Los dóberman se soltaron contra Cataluña, ladran en Madrid y campean en Andalucía. Si le dan los números Juan Manuel Moreno Bonilla gobernará con Vox.

La izquierda andaluza aventura la construcción estratégica de la esperanza. Pensar en términos electorales hoy es pensar más allá de los resultados en las elecciones andaluzas. La ambición política requiere activar un proyecto andaluz engarzado en un proyecto democratizador de estado. Sumar es responsabilidad y lealtad, la unidad basada en puestos en listas es trágica. La esperanza andaluza la cantó Carlos Cano“Amo mi tierra, lucho por ella, mi esperanza es su bandera, verde, blanca y verde”. Las banderas, como las palabras, tienen semántica y etimología. La andaluza es pueblo cultural e histórico, federal y republicano, es democracia y derechos. Lo que Toni Valero expuso como elementos sonoros constitutivos del frente amplio andaluz. La verdiblanca debe ocupar lugar privilegiado en ese proyecto federal de la izquierda andaluza. La bandera es su esperanza, la esperanza es nuestra bandera.

lunes, 4 de abril de 2022

Feijóo usa la palanca andaluza


Ignorar una comunidad de tamaño territorial y poblacional equiparable a Austria o Portugal, con sensibilidad histórica electoral progresista, al contrario que Castilla y León, es tácticamente falta de ambición de victoria, estratégicamente carencia de proyecto de país. Andalucía con más del triple de población que Galicia, aporta al Congreso sesenta y un representantes, Galicia veintitrés.

Alberto Núñez Feijóo no ignora Andalucía, se apoya en Juan Manuel Moreno Bonilla, oculta el España es Madrid de Isabel Díaz Ayuso, y marca distancia con Vox afirmando la diversidad del estado de las autonomías. En el XX Congreso Nacional Extraordinario del PP, celebrado este pasado fin de semana en Sevilla, Feijóo se definió en la España que dibujó Andalucía en la constitución de 1978 y ratificó en referéndum el 28 de febrero de 1980. El nuevo presidente Popular busca gobernar España algún día abriendo la posibilidad de apoyo al PNV y a la derecha catalana, algo imposible con un PP montaraz que siguiese la estela de Vox.

Pedro Sánchez ignora Andalucía. Al contrario que en Cataluña, donde depositó todo su potencial con el exministro Salvador Illa, el PSOE en el sur es la continuidad de Susana Díaz sin Susana Díaz. El mismo que agarró la bandera de España contra Cataluña alineado con el discurso de Felipe VI del 3 de octubre de 2017, el que abrió la cancela a los dóberman de Vox. Antes había olvidado la bandera andaluza de los derechos sociales, deteriorado el Servicio Andaluz de Salud y la educación pública, y aplicado los recortes de Rajoy con disciplinada “lealtad institucional”. El candidato, desconocido fuera de Sevilla, Juan Espadas, parece menos autonomista que el presidente andaluz, Juan Manuel Moreno Bonilla, menos que el Núñez Feijóo del discurso del sábado, 2 de abril, en la capital andaluza.

Feijóo intentará recuperar el gobierno del estado para la derecha trazando un mapa estratégico conservador con línea de fuerza atlántica, Andalucía-Madrid-Galicia. Sobre ese eje fortalecerá el conservadurismo hispano e intentará reducir el campo dóberman. Si la fiscalía europea tira de la manta de los contratos pandémicos de Madrid, le será de utilidad para debilitar el voxismo liderado por Díaz Ayuso y su apoyo mediático madrileño. El eje conservador atlántico es el pasado, el mismo pasado que el PSOE añora cuando tira del freno de mano de los avances sociales, ambientales, de género y democráticos dentro y fuera del gobierno de coalición.

La confrontación estratégica para el avance progresista democratizador pasa por el empuje de la línea mediterránea europeista: Andalucía-País Valencià-Cataluña. Como dice Enric Juliana: mapas, mapas, mapas. El proyecto estratégico de estado federal es la idea fuerza del progresismo democrático en España. Andalucía, por su peso, inclinará la balanza hacia el eje atlántico o hacia el mediterráneo. Al bipartidismo conservador puede enfrentarse un proyecto de bloque histórico democrático con voluntad de poder, voluntad de gobierno de estado, defendido sobre un contrafuerte de federal. El PSOE tendrá que decidir pasado o futuro; Feijó le tenderá trampas bajo el epígrafe de pactos de estado.

Al PP le ha salido bien su XX Congreso celebrado en Andalucía. No sería raro que el presidente andaluz convocase elecciones para junio. ¿Para qué esperar más en tiempos políticos tan convulsos pudiendo surfear con Feijóo la estela de la “moderación”? Sin oposición auténtica por parte del PSOE, la urgencia en la izquierda andaluza cobra intensidad. Se requiere un proyecto estratégico electoral federal que apunte al futuro. Sin liderazgo aún definido en Andalucía, su fuerte identidad cultural y progresista vería con buenos ojos que el potente liderazgo estatal de Yolanda Díaz, demostrada su capacidad de gestión, ayudase en el sur.

Lo importante no es las sumas de siglas, aunque sea bienvenida. Demasiada mitología mediática interesada en amplificar la idea de división de la izquierda andaluza, como si Andalucía fuese Sevilla. Lo relevante es un proyecto propio que afronte los problemas estructurales de la tierra que dibujó el mapa autonómico del estado. Partimos de un sistema de salud pública debilitado, un sistema educativo en estado crítico, mucha precariedad laboral y desempleo, desindustrialización, desarticulación territorial por ausencia de ferrocarril, centralismo de poder capitalino, deterioro de las condiciones de vida en el campo, y de una economía que, a pesar de nuestro potencial renovable, está enchufada a los fósiles.

Los marcos progresistas de la justicia federal, la auténtica bandera blanquiverde, están en los campos semánticos de la ecología y el feminismo bajo el paraguas de defensa y reivindicación de derechos sociales y democráticos. Soberanía, con voluntad de tener peso en la transformación del estado, con voluntad de poder, voluntad, no de Pepito Grillo, sino de gobernar dentro y fuera de Andalucía.

El campo democrático progresista necesita la fuerza de Andalucía para tener fuerza en el resto de España. La Andalucía progresista, construyendo su futuro, puede ayudar estratégicamente a construir el del estado. Núñez Feijóo y Moreno Bonilla no ignoran Andalucía, por eso se disponen a usar la palanca andaluza para afianzar su conservadurismo. Pedro Sánchez y Juan  Espadas, si lo saben lo ignoran. La izquierda progresista, feminista y verde ni debe ni puede desconocer el peso del sur.

Publicado en La Última Hora

martes, 8 de marzo de 2022

Contra el ardor guerrero

 


La invasión de Ucrania por Rusia es un acto criminal e ilegal. Las cifras de refugiados son el mayor indicador de la barbarie de la guerra iniciada por Valdimir Putin. La guerra es el fracaso de la diplomacia. Pinta que la verdadera intención de llegar a acuerdos con Rusia por parte de los EE.UU y la UE ha brillado por su ausencia. Lo que sabíamos es que el gobierno ruso pedía que Ucrania no se integrase en la OTAN. Moscú no podía entender la implantación de misiles a menos de seiscientos kilómetros del Kremlin.

Dos crisis similares el siglo pasado se saldaron con acuerdos diplomáticos, la de los misiles de Cuba y la de los Pershing en la alemania federal. Los misiles con capacidad nuclear se retiraron. Eran tiempos de guerra fría, la escasez de combustibles y de materias primas, junto con el cambio climático, no se habían revelado como auténticos límites a los modelos productivistas de un lado y otro del telón de acero.

Los EE.UU tienen gravísimos problemas internos y externos. Se han visto con el asalto al capitolio y con la retirada de Afganistán. Su hegemonía imperial está en decadencia. China, sin actitud gendarme bélico, ha conseguido ser la fábrica del mundo, mantiene relaciones comerciales de mutuo interés con multitud de países. El sudeste asiático, India, Pakistán, más de la mitad de África y buena parte de América latina tienen fuertes vínculos de mercado de materias primas y manufacturas con China.

Europa, a las órdenes del neoliberalismo angloamericano, entregó las fábricas a China y el modelo neoliberal de política financiera al FMI. La crisis que emerge en 2008 es la de un modelo económico que vivió durante, al menos, dos décadas con los pies colgando, sin conexión con la economía real. La economía del crédito quebró y arrastró España a la catástrofe. Sufrimiento, desahucios, suicidios, emigración cualificada, precariedad, ausencia de oferta de empleo público, sumen y sigan.

Llegó la pandemia y reveló la verdadera situación de Europa. Dependencia de materias primas, productos sanitarios y tecnológicos, dependencia agraria y, lo peor, dependencia energética. Todo ello sin política exterior propia ni modelo defensivo desconectado de los intereses del imperio americano.

España se ha puesto a la cabeza europea del ardor guerrero. Ni Makron en Francia, potencia nuclear con el mayor ejercito de la UE, ni Scholz en Alemania, enganchada al gas Ruso, ni Draghi en Italia, con fuertes intereses comerciales en Rusia, hinchan tanto el pecho bélico como el presidente del gobierno de España. Aquel viejo OTAN de entrada no, que dijeron que no era para entrar en su estructura militar, ha devenido un OTAN sí con todas las consecuencias. Borrel es el máximo representante de la antidiplomacia europea al servico de intereses geoestratégicos que condena a Europa a la dependencia y la decadencia.

Sé que vivimos un momento critico. No soy amigo de la certeza. Le leí una vez a George Steiner que la ciencia está llena de verdades enterradas. Me parece que hay una parte de la izquierda que no ha comprendido el momento histórico. Que, con sus razones, vive anclada emocionalmente en un tiempo mítico de luchas anterior a la bomba de Hiroshima. Costó mucho que la izquierda interiorizara la fuerza de la razón del feminismo. El ecologismo, con su pacifismo inherente, son vectores contituyentes del ecofeminismo. Alinearse con el PSOE de Sánchez en su ardor guerrero y el envío de armas ofensivas a Ucrania, para que la población se enfrente a uno de los ejercitos más poderosos, tecnificado y nuclear, es una nueva forma de subalternidad. Enfrentarse a Rusia con la OTAN, única forma de equilibrar el conflicto, es un suicidio nuclear colectivo.

Cuando vengan los próximos recibos de la luz, cuando la inflación se salga de todo límite, cuando llenar el depósito sea un drama en el bolsillo, cuando el peso de los salarios se reduzca ante el precio de las cosas de consumo habitual, cuando las cancillerías europeas se reúnan para decidir quién y cómo paga la factura directa e indirecta de los daños de guerra, al PSOE le bajará la fiebre bélica. Porque las intenciones son, como siempre, que la factura de esta guerra de invasión de Rusia la paguemos el pueblo llano, como siempre. Unos lo pagarán en muerte y otros deteriorando su vida y sus derechos.

La paz y la diplomacia son el único camino camino. Hoy no a la guerra es no al envío de armas a Ucrania para que muchachos, hombres y ancianos sean carne de cañón ruso.

Publicado en La Voz del Sur

domingo, 6 de marzo de 2022

Pacifismo o barbarie

 


Ninguna agresión militar, ninguna invasión de un país por parte de otro puede justificarse jamás. Rusia está ocupando militarmente Ucrania, haciendo un daño terrible a la población civil, provocando una cadena de muerte con millones de familias que huyen de la guerra buscando refugio. Es un crimen.

Parte de la izquierda europea se deja llevar por el instinto con argumentos emocionales construidos sobre hechos de la primera mitad del siglo XX. Hasta las bombas de Hiroshima y Nagasaki, arrojadas en 1945, el imperialismo o el fascismo se podían combatir, estela de dolor y muerte mediante, con ayuda humanitaria y bélica. El ejemplo de la guerra española del 1936 es paradigmático. España se hubiese ahorrado 40 años de atrocidad franquista si la democracia republicana no hubiese sido abandonada por otras democracias occidentales. La Europa democrática consintió que los insurrectos recibiesen ayuda militar de la Alemania nazi y la Italia de Mussolini. La bomba atómica lo cambia todo. La existencia de potencias nucleares determina que solo la ayuda humanitaria y la diplomacia son actitudes que contribuyen a paliar los daños de la guerra y resolver los conflicto entre estados soberanos.

La respuesta instintiva, emocional, es comprensible, útil para la huida, pero no para repeler una agresión contra algo inmensamente más fuerte. Contra un ejército tecnificado, profesional, enorme y nuclear más vale, como dice el refrán, maña que fuerza. La estrategia de la fuerza para el débil es autodestructiva. Atacar de frente a un gigante armamentístico nuclear solo puede acabar mal. David, a partir de la segunda mitad del siglo XX nunca ganará a Goliat. Tenga razón o no la tenga. Tras la segunda guerra mundial se sabe que cualquier guerra abierta entre potencias nucleares supondría la destrucción de las partes y un daño irreversible sobre la vida en el planeta.

En 1947 el movimiento pacifista liderado por Gandhi logra la independencia de la India frente al poderoso Reino Unido. Años después, en 1973, los EE.UU abandonan Vietnan, sin doblegar al vietcong, con un gobierno acosado por el movimiento pacifista interno que pedía una oportunidad para la paz. En 1969 EE.UU no podía consentir la presencia de misiles soviéticos en Cuba con cabezas nucleares y capacidad de alcance de su territorio. La crisis de los misiles de Cuba acabó con la retirada de los mismos por parte de la URSS. Un acuerdo diplomático. Luego llegó la crisis de los euromisiles. los Pershing. La OTAN se empeñó en instalar misiles con cabezas nucleares en la Alemania Federal para disuadir del uso de otros instalados en los países del este en la órbita soviética. Este conflicto alimentó el movimiento pacifista en la izquierda europea y es constituyente de la irrupción de Los Verdes en la política alemana. El asunto se resolvió con el acuerdo diplomático de desmontaje de los misiles a ambos lados del telón de acero. El OTAN NO en España hace crecer a la izquierda, el felipismo, de entrada, tuvo que mentir para no perder espacio. Años después, el no a la guerra de Irak preparó la victoria de Zapatero. El pacifismo es constituyente de la ecología política y vector estratégico de la izquierda democrática europea de postguerra.

Con la caída del muro de Berlín y el desmoronamiento de la URSS, los EE.UU de América piensan que ancha es Castilla y se disponen a apropiarse el mundo. La UE, no tiene proyecto defensivo propio si no es subalterno del otanismo estadounidense. La OTAN se amplia hacia el este, cada vez más cerca de las frontera rusa. Las primaveras árabes democratizadoras son aplastadas con la ayuda americana. El hambre bulímica de petróleo y gas de occidente, destruye Irak y Libia, consiente la guerra contra Yemen, desestabiliza Siria, es amiga de Israel contra el pueblo palestino y olvida al pueblo saharaui.

La evolución del capitalismo occidental entregó la producción a China y otros países del sudeste asiático, al tiempo que huyó de la economía real a la financiera. La crisis económica de 2008 hace visibles los límites planetarios. Tanto el cambio climático, la ruptura con las condiciones biofísicas que hacen posible los equilibrios ecosistémicos, como la escasez de combustibles y materias primas están en la raíz de todos los conflictos. China e India se hacen gigantes económicos, la pandemia vírica lo pone de manifiesto. Europa es dependiente de energía, materias primas, productos de primera o segunda necesidad y tecnológicos. La Europa dependiente es subalterna del imperio americano en decadencia.

La espiral de la guerra en Ucrania añadirá crisis al impacto de las crisis en Europa. Frente al muro de desinformación impuesto por los gobiernos europeos, frente al ardor guerrero instigado por quienes nunca irán a frente alguno de batalla, frente a quienes como bien pagados o paniaguados del poder escriben loas y lanzan proclamas de guerra en prensa, radios y televisiones, justificando el envío de armas a Ucrania para que la población civil se enfrente a un ejercito inmenso, tecnificado, nuclear y capacitado para el crimen como el ruso, frente a todo eso, poco a poco, con la fuerza de la razón, contraria a la razón de la fuerza, se irán abriendo argumentos y opiniones que mostrarán las únicas alternativas posibles a las armas.

El no a la guerra es un grito radical contra el exterminio a favor de la vida. La ayuda humanitaria, la presión exterior y la vía diplomática multilateral, con la comprensión de las razones de las partes, también de la parte invasora, se abrirán paso como la única solución posible y duradera. Lo demás es barbarie. Pacifismo o barbarie, esa es la cuestión.

Publicado en La Última Hora Noticias

martes, 22 de febrero de 2022

Andalucía 'se encuentra' en Granada


El pasado 24 de febrero asistí en Granada al primer acto público de la plataforma Andalucía se encuentra. Esta nace con la intención de impulsar un proceso de cooperación entre sociedad civil organizada, personas individuales y organizaciones políticas del ámbito del progresismo, la izquierda y el andalucismo, para que dé fruto un proyecto electoral cooperativo que pueda disputar en Andalucía la actual mayoría de derechas y ultra derechas.

Vaya por delante mi profunda admiración, en tiempos de cabalgada sociológica neofascista, de las respectivas militancias políticas que no se sienten propietarias exclusiva de la arbonaida. La verdiblanca es Andalucía, es de las y los andaluces, es de la humanidad porque es de nuestra humanidad. Ninguna debilidad táctica o estratégica organizativa puede entenderse hoy día sin la estructura de poder financiero de los medios de comunicación dentro y fuera de Andalucía. Por eso, por los ataques sin razón que han sufrido quienes han peleado desde la visibilidad personal, mi admiración es también asombro por su capacidad de resistencia.

Los logros para las mayorías sociales desde el gobierno de España del espacio que representa Unidas Podemos con sus especificidades gallega y catalana son ya una retahila indudable. Su importancia es, y será, estratégica dado que, por un lado, se ha cohesionado un bloque progresista de izquierdas plurinacional con otras fuerzas políticas valencianas, vascas y catalanas que contribuyen ha mantener un horizonte de transformación democrático, republicano y federal/confederal. Por otro, se ha mantenido al PSOE, en la medida de lo posible en cada momento, sujeto al espacio de transformación progresista. Algo imposible si no se tiene la fuerza que se tiene y si no se estuviese en el gobierno de España. Hay más, la estrategia de gobierno ha revelado el potencial de Yolanda Díaz como símbolo de representación de las necesidades de amplias mayorías.

Celebramos estos días el 42 aniversario del referéndum 28 de febrero de 1980, Aquel día Andalucía logró su autonomía afirmando orgullosa que era nacionalidad histórica como Galicia, Euskadi y Cataluña. El único territorio del estado que lo gana ejerciendo el derecho a decidir. Más de tres años lleva Andalucía gobernada por quienes no creyeron en ella, con el apoyo de quienes quieren destruir nuestro autogobierno para que volvamos a ser protectorado colonial madrileño como en tiempos franquistas. Si en el próximo proceso electoral el PP con Vox obtienen la mayoría, Andalucía irá a peor. Las y los andaluces perderemos el poco peso político que tenemos y entregaremos nuestro futuro al dominio de intereses tan privados como externos.

Por eso es importante el decálogo y objetivos planteados por Andalucía se encuentra. Se trata de construir en Andalucía el primer frente amplio del estadoen la línea de lo que plantea la ministra de Trabajo Yolanda Díaz. Desde aquí quiero dar la enhorabuena a la organización del acto de Andalucia se Encuentra en Granada. Fue diverso, representativo en lo sectorial, lo generacional y lo territorial. También muy andaluz y andalucista. Deseo que calen sus mensajes, y el mensaje central, la unidad es el camino. Andaluces y andaluzas, sociedad civil y organizaciones políticas tenemos la responsabilidad de articular un proyecto marcadamente andalucista, con el feminismo, el ecologismo, la izquierda social y progresista orientado hacia un republicanismo federal que se refleje dentro y fuera de Andalucia. Ojalá el empuje de Granada se replique, si cabe con más fuerza, en el resto de pueblos, comarcas y provincias andaluzas. Si se hace bien, Andalucía podría volver a ser determinante para sí y para el conjunto del estado.

Sea, como dice nuestro himno, por Andalucía libre, los pueblos y la humanidad.

Publicado en La Voz del Sur

lunes, 21 de febrero de 2022

Feijóo o Ayuso, esa es la cuestión


Alberto Núñez Feijóopresidente de Galicia ha asumido ya que Pablo Casado, presidente del PP español, tiene abierto un procedimiento de desahucio iniciado por el trumpismo madrileño.

Las huestes de la presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, iniciaron el jueves el asedio a la sede de la calle Génova con un momento dominguero insurreccional.El archivo del expediente que investigaba el nepotismo familiar de Ayuso, anunciado el viernes tras una reunión entre ésta y Casado, no es fruto de un acuerdo de paz, es una derrota del presidente del PP que ya solo, si acaso, puedenegociar con escaso margen las condiciones de la rendición.

La guerra en el PP ha estallado, un partido de naturaleza corrupta, con condenas firmes como la de Gürtel o la de las obras con dinero negro en la sede de Génova. La guerra es por el poder. Todo interés en la dirigencia del PP está en el dinero. Pablo Casado no ha parado de ir a Europa para obstaculizar el reparto a España de los fondos Next Generation. En el PP desean que estén en sus manos para trincar a sus anchas. El patriotismo de Ayuso es del mismo calibre, sin escrúpulos para contratar con amiguetes y empresas con vínculos familiares. Su patria es la pasta, ha admitido que su hermano recibe comisiones. Su madre es socia, como ha desvelado Público, de una empresa que ha contratado por 925.000 euros con la Comunidad de Madrid.

Una parte importante de los fondos de inversión, del capital del Ibex 35, de la gran banca, de los intereses industriales, de los lobbies del turismo y la construcción, que necesitan vínculos nutricios con Europa, estarán ya viendo a ver qué apuesta hacen para recomponer el liderazgo de la derecha española con opciones de triunfo. Díaz Ayuso no es su ideal. Ese capitalismo pragmático tiene un problema muy gordo, más que cuando se le reveló su primera creación para frenar a Podemos, Albert Rivera. El problema es la autonomía de la política, de la extrema derecha trumpista radicada en la capital de España. Como decía Pablo Iglesias en la campaña electoral de Madrid, Isabel Díaz Ayuso es la candidata de Vox. Los resultados electorales lo demostraron.

El capital que necesita el cordón umbilical europeo está pensando en Feijóo. No puede permitirse una Orbán madrileña. El presidente gallego necesita dos condiciones para liderar el PP. La primera controlar una gran parte de los grupos mediáticos que la alientan, aúpan y corean, para que viren y le garanticen apoyo por tierra, mar y aire. La segunda, bloquear a Ayuso desáctivándola junto a su Rasputín, Miguel Ángel Rodríguez, para que pase a un segundo plano. Sin eso Feijóo no puede desembarcar en Madrid, una región políticamente independizada del resto de España donde el trumpismo ya es hegmónico.

La alternativa para limitar el poder de Ayuso a la estrategia del capital pro Feijóo, está en la justicia, también con sede central en Madrid, si actúa como es debido, e investigua lo evidente, las comisiones en los contratos de la comunidad, el disparo del coste las obras del hospital Zendal, y las muertes en las residencias con instrucciones de no efectuar traslados a los hospitales. Raro será que esto último ocurra.

Publicado en La Voz del Sur

miércoles, 16 de febrero de 2022

Próxima estación, Andalucía


Para el Partido Popular y para España, los resultados de las elecciones del 13F en Castilla y León están envenenados por Vox. Su presidente, Alfredo Fernández Mañueco las anticipó para hacerle el caldo gordo a Pablo Casado, y que éste pudiera lucir amplia mayoría frente a la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, que le disputa velada y abiertamente, el liderazgo español del PP. Casado lo intentó antes en Andalucía pero el tándem Moreno (PP)-Marín (C´s) se lo impidió.

Con Mañueco lejos de la mayoría absoluta, Vox pide entrar en el gobierno con vicepresidencia incluida. Las condiciones iniciales, para empezar porque irán a más, son: liquidar la legislación contra la violencia de género y la normativa de memoria histórica. O sea, dejar a la mitad de la población castellano leonesa, las mujeres con sus hijos e hijas, sin protección institucional contra la violencia machista estructural, y lavar el cerebro colectivo ocultando de la verdad histórica la infamia asesina, cuanto menos, de sus antepasados ideológicos franquistas.

Juan Manuel Moreno Bonilla, el presidente andaluz, estaba esperando los resultados castellano leoneses para determinar la fecha de las elecciones en Andalucía. Visto lo visto le ha entrado el miedo en el cuerpo, tanto a él como a su socio Ciudadanos. Ni Castilla y León es Madrid, ni Andalucía es Madrid o Castilla y León. España es diversa, y no hay una España, de hecho hay territorios donde España es una ausencia. Pero no solo las identidades culturales cuentan, también los problemas históricos estructurales que acaban canalizándose vía identidades territoriales. Teruel Existe lo demostró, el 13F lo hizo Soria Ya. Si esto sigue así a España no la va a romper el independentismo catalán, saltará en astillas con un conjunto de clamores provinciales justificados del tipo “para cuando de lo nuestro”.

Para el PP andaluz, ir a una campaña electoral con la expectativa de tener que gobernar con Vox, un partido de raíz antidemocrática, anti estado de las autonomías, anti europeista, que no reconoce la desigualdad de género, que ignora el cambio climático y sus efectos, con propuestas inhumanas (inmorales) respecto de la inmigración, que no apoya ni una solo de las mejoras en derechos laborales, que está en contra de cualquier progreso fiscal y de los servicios públicos, y que considera la tierra, el mar y el agua meros contenedores extractivos y de basuras, es un inhibidor de voto. Recordemos que a la derecha andaluza aquel “Andaluz, este no es tu referéndum” del 28 de febrero de 1980, le costó 37 años de oposición en el sur y le puso muy difícil competir con el PSOE de Felipe González para alcanzar el gobierno de España.

Andalucía no está vacía como Castilla y León, el efecto capitalidad de Sevilla o Madrid no ha provocado un vaciamiento generalizado, si puntual en algunas comarcas, a pesar del tremendo éxodo de humanidad andaluza cualificada que hemos sufrido en el último decenio. Se está a tiempo de parar el proceso. La capitalidad andaluza, se enfrenta a un sentimiento extendido de agravio de poder. Andalucía ha sufrido desindustrialización y desestructuración territorial. Lo primero ha afectado a todas las provincias, lo segundo a todas las comarcas. Como no han existido políticas autonómicas de industrialización y de cambio de modelo productivo, no ha habido nada que repartir, consiguientemente los agravios reales de las provincias respecto de Sevilla han sido mínimos,. Todo el territorio andaluz ha sufrido la devastación industrial y la destrucción territorial y ambiental. La economía precaria va de Este a Oeste y de Norte a Sur.

A Andalucía la descohesiona la concentración del poder, la sensación de que las decisiones sobre lo que hay que hacer y lo que no hay que hacer se toman lejos de sus capitales y sus comarcas. A eso contribuye la falta de ferrocarril que estructure un territorio común. La extracción de sedes y órganos de gobierno provinciales y su concentración en Sevilla en torno a San Telmo. El cierre de colegios en el mundo rural, la falta de banca propia  y su reflejo en todos los pueblos, el deterioro de la sanidad territorializada. En definitiva, un abandono que se retroalimenta. No está en ningún plan del gobierno andaluz enfrentar los problemas estructurales de servicios en el campo andaluz, ni la reindustrialización, ni la recuperación ambiental o patrimonial. Por otro lado, en las zonas pobladas no existe plan más allá de insistir en el turismo, la construcción y la demanda de inversiones (el otro día en Abu Dabi) para seguir llenado de ladrillo el litoral, el campo y las sierras. Por supuesto, no hay en el gobierno andaluz plan alguno de lucha real contra el cambio climático y sus efectos.

La derecha no tiene plan, el plan de Vox es destruir Andalucía y entregarla a Madrid. Pero, ¿tiene plan el PSOE de Andalucía? Por lo que está demostrando Juan Espadas, cuya campaña de promoción está inundando todos los digitales, no tiene más plan que volver a las andadas, lo de Doñana y los regadíos ilegales de Huelva lo certifican.

¿Y la izquierda, tiene plan? Seguro que sí, seguro que el programa electoral será redondo. La cuestión es que se necesita un plan estratégico que pase por situar Andalucía en el centro de los debates de estado. Federalizar hacia dentro y federalizar hacia afuera, federar también sus propias estructuras orgánicas. Nadie se identifica con un proyecto si siente que las decisiones se toman fuera de su municipio, fuera de su comarca, fuera de su provincia o fuera de su comunidad. Implantar es federalizar, territorializar el poder.

En Castilla y León la izquierda nunca a tenido verdadera implantación territorial, lo de la alcadía de Zamora es algo exótico, en Andalucía sí que ha habido siempre una importante implantación territorial y una fuerte identidad propia, tendría que aprovecharse. Próxima estación, Andalucía.

Publicado en La Voz del Sur

viernes, 4 de febrero de 2022

Titánica Yolanda


La reforma laboral, producto estrella del gobierno de coalición, ha salido adelante de chiripa. El esfuerzo que ha realizado la vicepresidenta tercera del gobierno y ministra de Trabajo ha sido titánico. Las posiciones iniciales de los agentes sociales, patronal y sindicatos estaban muy enfrentadas, algo lógico tras tocar fondo los derechos laborales con la agresiva reforma laboral de Rajoy, después de cuatro decenios, desde el primer Estatuto de los Trabajadores de la etapa democrática, de retrocesos ocultados por la economía del crédito.

Una labor de orfebre consiguió un acuerdo a tres bandas en el que nadie creía, que encajaba con los requerimientos europeos para que los fondos fluyeran, a pesar de los obuses enemigos de la derecha ultramontana y de las zancadillas procedentes del interior del gobierno, tiene un mérito histórico. Un milagro ha evitado que se fuese al traste.

No nos engañemos, depositar el futuro de las políticas del gobierno de coalición a la suerte de una votación no parece fiable. Por lo que hoy sabemos, y eso cuadra con las palabras de agradecimiento que la ministra Díaz dirigió al PNV, la reforma podía haber salido adelante sin el acuerdo, finalmente fallido, con UPN. No es raro deducir que fue el propio PSOE quien lo obstaculizó tras creer que tenía amarrados los votos navarros. Lo de Murcia con Ciudadanos, pero de mayor gravedad.

Inevitable acordarse del tamayazo que inauguró el trumpismo hispano. Dos infiltrados en las listas del PSOE madrileño trucaron la voluntad popular en el legislativo madrileño dando paso, repetición electoral mediante, al PP de Esperanza Aguirre, precursor del trumpismo de Ayuso, la cual inauguró su carrera política llevando el Twitter del perrito Pecas. Dos diputados de UPN, cuyo partido había pactado dar apoyo a la reforma laboral, cambiaron su voto. Un gol en propia meta del PP salvó el match.

El espectáculo deteriora la política, el deterioro siempre afecta más al campo progresista. Se ha demostrado que no hay mayoría alternativa posible a la de una España diversa y plurinacional. El milagro debería provocar una revelación. Esta lectura debe hacerla el PSOE. También ERC tiene una enorme responsabilidad, quizá  la que más. Mientras ERC no sea fiable, en este caso desoyendo las mayorías sindicales catalanas, habrá riesgo de que vuelvan las treinta monedas de Rufián.

También el sindicalismo de clase estatal ha de tener en cuenta que el país democrático plurinacional es el que pasa por entenderse con los gobiernos y espacios autonómicos en las que hay ecosistemas políticos y sindicales diferenciados. Tender puentes de colaboración en Euskadi, parece imprescindible. Por su parte las fuerzas verdaderamente democráticas deben entender, como el PNV, En Común o Unidas Podemos, que negociar es perder y ganar. Que acordar es un todos ganamos. Es el esfuerzo titánico que ha hecho la ministra Yolanda Díaz comprendiendo el contexto histórico, como lo han entendido la CEOE, UGT y CC.OO.

Publicado en La Última Hora

jueves, 3 de febrero de 2022

Yolanda Díaz y la reforma laboral

Ojalá ERC rectifique su posición en contra de convalidar la reforma laboralpactada a tres, gobierno, sindicatos, patronal. No parece que lo vaya a hacer. Ha vuelto el Rufián de las treinta monedas, la ERC que por un cabreo de chiquillería votó en contra de la cuarta prórroga del estado de alarma en uno de los momentos sanitarios más dramáticos.

Esta reforma laboral es la primera, desde el primer Estatuo de los Trabajadoresque invierte el proceso de degradación de derechos laborales y fuerza sindical. Una degradación buscada por el bipartidismo del 78 y particularmente por el PSOE de Felipe González. Desde las primeras modificaciones del estatuto de derechos laborales, algunas de las cuales se hicieron a pesar de huelgas generales, la legislación laboral española tocó fondo con la pérdida de derechos de la dura reforma laboral de Rajoy. El entonces ministro de economía, Guindos, dijo de ella en Europa que era "extremadamente agresiva".

Esta reforma pactada pone fin a decenios de precarización laboral, camuflada con la economía del crédito expansivo, la que hizo crack abriendo la etapa neoliberal con la reforma bipartidista del artículo 135 de la CE para garantizar el salvamento del IBEX y la banca. Pero lo más importante es que revitaliza el movimiento sindical, imprescindible en una sociedad democrática, un sindicalismo que venía siendo atacado sistemáticamente por la Brunete mediática del capital.

La izquierda que dramatiza, y se opone, a la reforma laboral de Yolanda Diaz, que se aprobará con los votos decadentes de Ciudadanos, y con otros votos que sí están leyendo el momento histórico, se equivoca de todas todas. Es la izquierda del cuanto pero mejor que acaba siempre en el margen de la historia democrática. La reforma recupera derechos, fortalece enormemente la capacidad de negociación sindical, ataca la precariedad y marca el camino de la estabilidad laboral, permitirá subir salarios y ampliar derechos.

Con esta reforma se gana la posición a la derecha española, se manda un mensaje de solidez gubernamental a Europa, y se embarca a la patronal en un proyecto de país no unilateral.

Lo importante es que se apruebe, tomar posiciones para seguir avanzando. El desgaste lo van a sufrir quienes no ayuden a consolidar avances que, sin ser todos los que querríamos, tienen trascendencia vital sobre el mundo del trabajo y trascendencia política de calado estratégico.

Y, sí, es la reforma laboral de la ministra Yolanda Díaz porque es la reforma laboral posible de todo un país, una ministra que ha demostrad, como nunca en la etapa democrática española, de parte de quien está, a quién defiende y que nunca ha olvidado para qué la votamos.

Publicado en La Voz del Sur