miércoles, 5 de noviembre de 2014

El paro y los inversores


Un día de mayo de 2010 un presidente de gobierno que prometió el pleno empleo, nos anunció el advenimiento de la crisis con un buen puñado de recortitos. Uso el diminutivo porque aún siendo duros ajustes, visto ya en la distancia, no eran nada para los que vinieron después. Lo hizo “para mantener entre nosotros a los inversores”, miren la hemeroteca.

Luego vino la amañada reforma del artículo 135 de la Constitución para garantizar, otra vez a nuestros amados inversores, que íbamos a pagar la deuda generada por sus catastróficas inversiones.

Semejantes traiciones y un erre que erre de primas de riesgo de inversores, deuda de inversores y riesgos de quiebras de banca de inversores, hizo que un 20 de noviembre de 2011 un señor plasmado llamado Rajoy llegara a presidente del gobierno prometiendo el oro y el moro si seguíamos amando a los inversores.

Ayer sabíamos a un tiempo que el paro volvía a subir, en todos sitios, 1.953 personas más en Granada, pero que no nos preocupemos porque un día antes las 18 grandes empresas españolas (y el calificativo españolas es sólo una ironía) en propiedad de inversores, saben cómo aliviar el paro con un plan hasta el 2018.

Sí, dentro de cuatro años tendremos medio paraíso nuevo gracias a los inversores.

Debe ser que los inversores son unos señores estupendos, vamos, nuestros ángeles de la guarda.