Los sillones del PP en la capital, en la Diputación y en un buen puñado de municipios huelen a chamusquina, así que se están recortando un traje ignífugo con cargo a nuestros bolsillos.
Austeridad le vienen llamando a la ley del embudo.
Hemos sabido que entre 2007 y 2012, seis años, las ayudas no retornables a la banca han sido seis veces el presupuesto andaluz. 141.000 millones de euros regalados a quienes siguen obteniendo beneficios, no dan crédito, ejecutan virulentos desahucios, y no hacen nada por la economía productiva.
Imagínense que la mitad del presupuesto anual de la ciudad de Granada se la regalásemos a la banca privatizadísima, ¿se lo imaginan? Pues eso es exactamente lo que sale, con un sencillo cálculo, que estamos haciendo quienes contribuimos en Granada.
Esta es la austeridad que mandan hacer.
En cuanto al arzobispado, tiene la rara habilidad, en alianza con la carcoma que gobierna, de hacer famosa a Granada por su magnas Marianas, beatificaciones santonas, arengas a sed sumisas, bloqueos de imprenta, y perdones folclóricos de cuerpo a tierra.
Va para cuatro años que lo dije, si los dejamos esto acabará siendo La Fátima del sur.