Si fuese por el sentido común a secas seguiríamos en que la tierra es plana, el sol da vueltas a su alrededor y que la ley de la oferta y la demanda es cierta. Por ejemplo. Pero no, afortunadamente contra el sentido común a secas va la ciencia, que convierte muchas veces en real lo que es contra intuitivo.
Si el sentido común a secas nos dice que la forma más rápida y cómoda de ir de un punto a otro en un área urbana es comprar un cochecito y usarlo para llevar los niños al cole, ir al supermercado o salir de tapas, la revelación científica de hoy nos dice que esto además de falso es caro en lo individual y lo colectivo.
A menudo se discurre contra el debate ideológico aseverando que las decisiones políticas han de ser técnicas y no ideológicas (la solución técnica dominante ya es en sí una producción ideológica). Esto es, amemos el sentido común, a secas. Así olvidamos la ciencia para caer en la fe, que no es más que una manera de defender los intereses del yo contra los intereses del nosotros para que ganen los intereses de un ellos. Olvidamos que lo que la ciencia indaga y lo que no indaga es también una precondición política.
La ideología ecologista, como la ideología de género (al decir de los obispos españoles), es la condición o sustrato que puede romper el sentido común a secas para abrir la brecha de un sentido común producido para la igualdad, la justicia y la libertad (recuerden, pura ideología del ala izquierda).
Insistir en castas y transparencias y limitación de sueldos y mandatos y cosas así, sin alternativas ideológicas preconstituyentes de otro sentido común, tiene un techo electoral (lo iremos viendo).
Son cosas en las que pensaba esta pasado domingo 20 de septiembre dando el paseo en bicicleta por la ciudad. Paseo al que nos convocó Granada al Pedal con motivo de la Semana Europea de la Movilidad Sostenible.
Fue grato ver que tanto la Delgada de Fomento y Vivienda de la Junta de Andalucía (PSOE) y la Concejal de Movilidad del Ayuntamiento de Granada (PP) se tomaron en serio la cita y, como dos ciudadanas más, participaron de la marcha reivindicativa.
Aunque no vimos entre la gente las nuevas figuras de las representaciones emergentes y a las clásicas de la oposición de la izquierda en Granada capital, agradecemos no obstante que al menos con el alma y el corazón trazaran una bici ideológica en su cabeza, ya que no trazaron recorrido a golpe de pedal mezclados y mezcladas con el pueblo.
El sentido común a secas nos dijo que no vinieron a la cita caras conocidas por su carácter representacional, para mezclarse como uno o una más, de esas varias perspectivas de la unidad popular, movimientos de cambio y tal y tal. No pasa nada, porque la prospección ideológica nos asegura que están por la movilidad sostenible en Granada más que por un cargo o carguillo político aunque en momentos de movimiento de masas en la calle anden sabe dios donde.
Dicho queda.