Si yo fuese Pablo Iglesias, y ya se que resulta arrogante hacer esa presunción, mañana jueves en Sevilla, penúltimo día de campaña y mitin de cierre de Podemos, levantaría la bandera de Andalucía para señalar el camino de la victoria.
Si yo fuese Pablo Iglesias volvería a recordar los dos momentos históricos del siglo pasado en que Andalucía se autodeterminó como pueblo, el 4 de diciembre de 1977, y en que ejerció el derecho a decidir, el 28 de febrero de 1980. Y eso lo hizo para defender los derechos básicos que la CE española consagró y que el bipartidismo se encargó de dinamitar con la reforma nocturna y alevosa de su artículo 135.
Levantaría la bandera de Andalucía porque su etimología es la del progreso y la libertad y su semántica la de los derechos y la igualdad.
Si yo fuese Pablo Iglesias levantaría la bandera de Andalucía porque venimos tras siglos de historia, como nos recuerda el profesor y maestro José Luis Serrano, y somos la nación más antigua de Europa. Desde Tartesos a la Bética, desde Al-Ándalus hasta la actualidad, porque la cultura de culturas en Europa es la andaluza. Tal es así, que todo lo que nos toca se hace andaluz, por eso Andalucía no es España, pero España es Andalucía (si es que España quiere ser algo). Esta es la tragedia y a su vez la fuerza cultural de lo andaluz, nuestra capacidad disoluta y disolvente, nuestro ser mestizo.
Si yo fuese Pablo Iglesias mañana en Sevilla le quitaría la bandera de Andalucía a Susana Díaz, la presidenta que se presenta con el lema “Andalucía soy yo” con dos objetivos esenciales, substituir a Pedro Sánchez tras el 20D y entregar Andalucía a cambio del pacto de la reforma de la Constitución para contentar a la derecha nacionalista catalana con el visto bueno de su partido amigo Ciutadans.
Con la bandera andaluza Susana Díaz tapa el vergonzoso pacto con la derecha recentralizadora de Ciudadanos por el que fue investida para aprobar unos presupuestos en los que Andalucía es tratada por nuestro propio gobierno como la colonia del sur.
Con la bandera andaluza Susana Díaz tapa su pacto con el partido, Ciudadanos, que no reconoce la desigualdad de género, ni en cuestiones de violencia (gravísimo), ni en cuestiones sociales, económicas y ambientales.
Con la bandera andaluza Susana Díaz esconde el pacto con el partido, Ciudadanos, ciudadanos, que quiere sacar al Guadalquivir de Andalucía.
Con la bandera andaluza Susana Díaz oculta el pacto con el partido, Ciudadanos, que quiere laminar, más si cabe, la capacidad de negociación de las y los trabajadores con el llamado engañosamente contrato único.
Con la bandera andaluza Susana Díaz tapa el pacto con el partido, Ciudadanos, que quiere que la sanidad, la educación, los servicios sociales, la política agraria, la energética, la de aguas, la laboral, la fiscal, la de inversiones, la territorial, la cultural, y un largo etcétera, se dicte desde Madrid(desde la troika y Berlín).
Para eso usa la presidenta andaluza la bandera andaluza. Por eso lleva desde que a Pablo Iglesias se le ocurrió recordar nuestro ejercicio del derecho a decidir un 28F, que demandamos un 4D, encoraginada, porque considera la bandera andaluza de su propiedad, Andalucía de su propiedad.
Por eso, si yo fuese Pablo Iglesias, mañana en Sevilla, me dejaría llevar por la bandera de Andalucía a conquistar los cielos.
Pablo, sin Andalucía no hay victoria, sea por Andalucía libre, los pueblos y la humanidad.
@marioortega