jueves, 3 de noviembre de 2016

Contra la política de la moral


Los amos pretenden convertir la política en una cuestión moral. Así ellos se confiesan, si es que, ante su altar del dinero, sus consejos de administración o en sus reuniones clandestinas en los mejores restaurantes de Madrid. Y si tu te dedicas a defender causas justas te piden la pureza de quien vive muerto.

Esto es lo que le ha pasado a Ramón Espinar, que ayer tuvo que salir a confesar en público ante una reunión de paniaguaos a sueldo del mal lo que de manera legal hizo en su vida.
No faltan plumas y plumillas que digan que eso es lo que hay si te metes en política, y que si no no te metas. Dejan así el campo abierto a la indecencia de quienes nunca rinden cuentas, y si las rinden ante tribunales salen prácticamente ilesos. Esas plumas y plumillas nunca montaron el numerito de ayer contra Reyes y Tiranos, nunca.

No es verdad que por dedicarse a la política deba exponerse la vida privada, las cosas de cada quien, a la mirada del público, salvo, si y sólo sí hay imputación y delito, falta o ilegalidad de por medio.

Es legal dicen por lo bajini, es legal, es legal dicen por lo bajini, antes de arremeter mintiendo contra Ramón Espinar, como lo hicieron antes contra la flor cortada de Carmena.

Mandemos lejos y pronto la moralidad en la política, ser justos no es ser imbéciles y ponernos al servicio de los sicarios del mal.