domingo, 20 de noviembre de 2016

Ninguna placa recordará la masacre


El Nevada abrirá esta semana, lo hará con liturgia vaticana y pidiendo dinero público para ampliar viales de acceso.

La prensa local titulará portadas de albricias.

Nadie recordará que ese magnate consumista se construyó con una licencia ilegal que llevó a condenas penales a nueve o diez personas, alcalde, concejal de urbanismo y exvicepresidente de la Diputación de Granada, más cuatro o cinco concejales (todos cargos relevantísimos del PSOE provincial de Granada), el promotor Tomás Olivo, y etc.


Nadie recordará la inmensidad de años que tardó la justicia en concretar algo, incluido el maquillaje, para que siguiera ahí. Nadie recordará que pasó parabienes de la Junta, miradas para otro lado de comisiones provinciales de urbanismo y descuidos en el plazo de los recursos.

Ninguna placa recordará la masacre de miles de metros de vega, ni la pérdida de diecisiete mil empleos que hasta un estudio de la "conservadora" asociación de comerciantes certifica.

Ningún comerciante del Zaidín echará la culpa de sus pérdidas y del cierre de negocios en la avenida Dílar a la mole molona de Armilla que esta Navidad lucirá el pino artificial más grande de Europa, ellos (son ellos cuatro o cinco) siempre echan la culpa al carril bici o al bloqueo de la salida de motores por Ogíjares o al metro, como hicieron en su día, en superficie.

Ninguna placa recordará la masacre, ningún epigrama sentenciará el fracaso, no habrá poeta que soneto de repudio componga.

Religiosamente acudiremos al Nevada deseosos de una inyección sanguínea que nos otorgue felicidad plena.