En una rápida búsqueda "googlepédica" compruebo la raíz etimológica de la palabra moneda y sus vínculos semánticos.
Su desplazamiento semántico hacia la representación del dinero está vinculado con la diosa romana Juno, protectora de las mujeres, los compromisos y el estado.
El templo de Juno Moneta (Juno la avisadora, la que recuerda, la que enseña) estaba junto a la fábrica de denarios (dinero) de la antigua Roma. Fue construido en honor de Juno por ser diosa que avisó de varios ataques inminentes a la ciudad de Roma.
De otro lado Moneta es diosa romana, gemela de la diosa griega Mnemosyne, de la memoria y de las musas. Moneta deriva del término griego moneres, que significa solo, único.
Compruebo el vínculo "jondo" y simbólico entre moneda, Estado, civitas, memoria y protección.
Y viene a cuento esto de la intención del ayuntamiento de Barcelona de crear (amparar) una moneda local convertible a euros para fomentar el comercio local y la economía social.
Que es posible, a parte de otras experiencias ya consolidadas, lo deja ver hasta el mismísimo Banco de España que no dice que es imposible sino que no le gusta.
Acuñar moneda es una de las características esenciales del poder soberano. El ayuntamiento de Barcelona ejerce su soberanía (democrática) creando moneda y respaldándola institucionalmente.
Imaginaos que esta experiencia se extiende, imagináos que se crean monedas comarcales respaldadas por conjuntos de municipios, monedas autonómicas, monedas federales (que pasen de las restricciones del Euro alemán). Imaginaos eso y comprenderéis porque pienso que el gobierno de Rajoy no va a tardar en prohibir por ley la creación de monedas.
