lunes, 10 de octubre de 2016

¿Por qué fracturar Andalucía? ¿Por qué subalternizar territorios a la capitalidad?


No creo que la "idea" de crear una vicesecretaría general de Podemos Andalucía en Granada se le hubiese pasado por la cabeza jamás a nuestro admirado José Luis Serrano (se atrevido por mi parte pensar lo que otra persona hubiese pensado), se positivamente que criticaba todo intento de fracturar, provincializando, a Andalucía.


Esa propuesta de Ahora Andalucía que recogen a buena escala, como era imaginable, los medios del régimen para potenciar los posibles puntos de discoridia en el debate político/organizativo abierto en Podemos Andalucía de cara a su II Asamblea, pertenece al marco conceptual de ese partido fracasado y promadrileño que se llamó Plataforma por Andalucía Oriental. Pero peor, porque lo que consolidaría, de llevarse a cabo, es una subalternización de "las provincias" que pretende representar (y eso si Málaga se deja, como, y de esto estoy seguro, José Luis Serrano hubiese dicho), dándole el carácter de vicealgo o subalgo a modo de virreinato de un puñado de provincias con sede en Granada.


En realidad, en el peor de los casos, podría hasta representar un cierto complejo de inferioridad frente al efecto centralizador de capitalidad que sin duda malignamente ejerce Sevilla y todo lo que allí radica.

Ahora bien, hay montones de formas de contrarrestar orgánizativa y políticamente la concentración de poder que, a modo de franjas concéntricas o esferas volantes, rodea el lugar donde el poder es más visible. Sevilla en el caso andaluz.

El efecto proximidad a la corte, esa tendencia inevitable se contrarresta con democracia participativa y representativa. Círculos, asambleas y órganos de comarcas y provincias representados equitativamente en órganos de carácter andaluz, y, por supuesto con soberanías cooperativas y compartidas entre y en los mismos.

Lo otro, sólo señala lugares para la fractura y la confrontación de unas zonas de Andalucía con otras, al estilo del PP, con el fin de debilitar la que es nuestra tercera fuerza después de la de la indentidad cultural y política, el tamaño del territorio que pisamos, (la segunda sería el tamaño poblacional).

Hubiese entendido mejor, aunque se que es también discutible, proponer ubicar el máximo órgano político de Podemos Andalucía en un lugar diferente a Sevilla, cualquiera que sea la procedencia de la persona que lo pudiese representar.

Claro que esto que digo supone, por simetría, dejar de pensar, así, en términos generales, en Andalucía como distrito único (homogéneo) ante ese Podemos federal que necesitamos.

Se trata de democracia, se trata de que todo el mundo pueda participar si quiere y se sienta representado en condiciones de igualdad.