jueves, 6 de octubre de 2016

Punto de no retorno


El capítulo de las baronías rogando a Rajoy que les deje abstenerse anuncia la humillación a la que será sometido el PSOE en los tiempos venideros por parte de los que se apropiaron de España, por parte de los vencedores, como dijera Fernández Díaz, de la guerra del 36.

Una vez Rajoy gobernando, el asunto catalán permitirá al PP tener al PSOE atado y arrodillado con la amenaza de ser acusado de romper España ya por esto, ya por lo otro (¿acaso no nos acordamos del uso perverso que el PP ha hecho siempre del asunto de terrorismo vasco?)


El daño que el golpe de régimen dado el sábado 1 de octubre de 2016 va a hacer a las mayorías sociales es impredecible e incalculable.

El PSOE ha entrado en un punto de no retorno en su deriva derechista. Consiguientemente es inútil el trato hacia ese partido como si pudiese ser un futuro aliado. No hay nadie ahí que pueda devolver la situación a antes del 1 de octubre de 2016, ni con recogida de firmas, ni con candiaturas alternativas a unas dudosas primarias pensando en la inteligencia de la militancia, ni con declaraciones de corrientes internas de izquierdas.

No digo que el muerto esté muerto, digo que está muerto para la causa de vencer a la derecha española. Sobre esa premisa, y sobre otras, claro, habrá de pensarse la tarea de oposición que la soberbia hoy quiere negarle a Podemos o Unidos Podemos y sus simétricos espacios territoriales.