domingo, 5 de mayo de 2019

Un gobierno de progreso estable solo puede garantizarse con un gobierno de coalición


Todos los poderes económicos españoles, los propietarios únicos del BOE durante todos estos años pasados desde que se abrió la crisis y se modificó el artículo 135 de la CE por acuerdo del PSOE con el PP a las órdenes de Merkel, están empeñados en un pacto de Sánchez con Rivera. Eso debería ser suficiente prueba de cargo como para que todos los votantes progresistas, más o menos de izquierdas, deseemos que no ocurra y por contra pidamos,exijamos, un acuerdo del Sánchez con Unidas Podemos. Un acuerdo que contaría de manera estable con 165 escaños en el congreso facilitando una mayoría de gobierno considerable con acuerdos flexibles con otras fuerzas políticas territoriales.

Que la CEOE, que agrupa a las empresas beneficiarias de las venenosa reformas laborales del pesoe y del pepé, y el Santander, beneficiario del rescate a la banca, de la legislación actual hipotecaria y de vivienda y de la política energética antirenovable, y de la política monetaria del BCE, lideren las voces para que Sánchez gobierne en solitario nombrado presidente del gobierno por Albert Rivera, es prueba suficiente de que el capital pretende gobernar, como ha hecho todos estos años, sin presentarse a las elecciones y torciendo el resultado y sentido mayoritario del voto en España.

En 2015 y 2016 lo consiguieron con el concurso del pesoe susanista, su aliado natural. Mucho más que las propias derechas que toman derivas autoritarias y de limitación de derechos fundamentales y contra las mujeres cada vez que gobiernan. Los poderes económicos españoles adoraban al felipismo y se encontraron con su esperpento: el susanismo. Esos poderes consiguieron hace tres años forzar al pesoe a no pactar con Podemos, pervirtiendo incluso la opinión pública al divulgar pruebas falsa para acusaciones falsas, en los medios de comunicación de su propiedad, casi todos, y posteriormente a abstenerse, con la expulsión de Sánchez de la secretaría general, para que Rajoy siguiese. Es lo que pretenden conseguir ahora, una vez más, pero de otra manera. Por eso presionan para un pacto del PSOE con Ciudadanos y un gobierno de Sánchez en solitario.

Cualquier votante progresista sabe, en Andalucía a la perfección, que una alianza del PSOE con Ciudadanos supone una carnicería en los servicios públicos, un deterioro y un abandono tal que, sumada a la incapacidad programática de cambiar el modelo productivo y reducir las tasas de precariedad laboral, paro, pobreza y desigualdad de las mujeres, abre la puerta al desencanto en el electorado de izquierdas y a la derecha más reaccionaria en el electorado de derechas. Eso es lo que ocurrió en Andalucía el 2D y por eso ahora tenemos aquí, un gobierno muy de derechas apoyado en lo más granado del franquismo sociológico.

Efectivamente el pesoe no es de fiar, ni siquiera ante los suyos que justo por ese motivo la noche electoral gritaban a Sánchez “sí se puede” y “con Rivera no”. Es histórico, lo sabemos, que el pesoe en solitario gana con un discurso de izquierdas y gobierna contentando sistemáticamente a la derecha. Si eso lo hacía en tiempos en los que el crecimiento y el crédito permitía paliar la tendencia del sistema a la desigualdad, en tiempos en que la economía sigue lastrada y en riesgo lo va a hacer con más motivo. No es asunto menor recordar que su historia está llena de casos de puertas giratorias y que le debe millones a la banca.

Pero no es la credibilidad del pesoe lo que debe preocuparnos, sino respetar el sentido mayoritario de los 11.213.684 votos (7.480.755 del PSOE + 3.732.929 de UP) que sumados a otros de opciones demócratas, progresistas y de izquierdas territorializadas, desean un gobierno estable que garantice cambios que no sean maquillaje, en políticas sociales, en salario mínimo, en pensiones, en modelo productivo y energético, en igualdad de género y contra la violencia machista, en justicia fiscal y política de vivienda y, no menos importante, en asuntos territoriales.

Esos mas de quince millones de votos (incluyo todo el espectro plurinacional) han derrotado por este orden a la derecha más reaccionaria, que amenazaba con una profunda involución democrática, al propio pesoe susanista, los resultados en Andalucía son demoledores comparados con los que obtuvo Susana Díaz en diciembre pasado, y, no menos importante, al discurso de la monarquía del 3 de octubre de 2017. Hay una mayoría que cree en una España democrática, progresista y plurinacional. Esa es la lectura del 28A y esos son los intereses mayoritarios a los que una fuerza política que busque la mejora de la vida y la felicidad de la mayoría debería servir. Encarrilar España en esa dirección no puede hacerse dejando al PSOE a su libre albedrío, porque, como sabemos por experiencia, no tardará en poner su libre albedrío al servicio del poder fáctico.

Jugar desde Andalucía a entorpecer la estrategia de Unidas Podemos para negociar un programa de gobierno de coalición, nos recuerda a aquella izquierda Unida que se hundió durante los años noventa del siglo pasado por no querer entrar, en su momento álgido, en un gobierno con el PSOE andaluz, con la expectativa de sorpasarlo en algún hipotético escenario, acabando condenada a llevar por decenios la piedra de la acusación de la pinza (aliada de la derecha contra el socialismo). La estrategia fue tan fallida como que condenó a la izquierda andaluza, consiguientemente la española, a ser permanentemente subalterna del pesoe en todas las instituciones. Una izquierda que lo más que alcanzó en el Congreso fueron 21 escaños frente a los 42 con que cuenta en este momento Unidas Podemos.

Aunque sea tema menor, imaginemos que Jose María González, Kichi, actual alcalde de Cádiz, revalida el 26 de mayo su mayoría y necesita los votos del pesoe y este le dice que sí pero con programa de gobierno y concejales. ¿Qué hará? ¿Decir que no porque el PSOE andaluz es malo y sus votos cargados de culpa histórica y así dejar que Cádiz sea gobernado por las derechas? La pregunta se responde con facilidad. Nunca cuanto pero mejor, y entre el todo y la nada hay muchos estados cuánticos, eso es lo que siempre piensa la mayoría de la gente que para nada le interesan las cosillas internas de los partidos ni las expectativas de todo o nada de algunos grupos dentro de los mismos.

Concluyendo, si se deja gobernar al pesoe en solitario no tardará en pactar leyes con las derechas (Casado ya ha formulado esa idea y Rivera lo hará sin duda) y en llevar al congreso las propias sobre las que no habrá fuerza para negociar mejoras ante la acusación a Unidas Podemos de pinza con la derecha si no las apoya incondicionalmente. Quienes conservamos la memoria lo sabemos, esto ocurrirá si no se forma cogobierno de Unidas Podemos con el PSOE de Sánchez sustentado en un programa de cambio social, feminista y ecologista. Las más de cuatro millones de votos que suman los de UP con otras fuerzas de cambio y que no están en el PSOE merecen proyecto, programa y garantías de avances, para ello es necesario ir más allá de intentar condicionar el poder, hay que tenerlo. Se puede, con los resultados electorales, la opinión pública y la militancia del PSOE a favor, vaya que sí se puede. Entorpecer este intento es, cuanto menos una inoportuna irresponsabilidad.

lunes, 29 de abril de 2019

De la reconquista al renacimiento


Para las gentes progresistas más o menos de izquierdas los resultados de las elecciones generales del 28 de abril traen la alegría. Teniendo en cuenta los resultados prácticos de los comicios que le precedían, las andaluzas del 2 de diciembre de 2018, la alegría es más grande. No ha ocurrido lo mejor, que Sánchez no pueda sumar con Ciudadanos, pero, sobre todo, no ha ocurrido lo peor, que la España de la reconquista, la España negra y franquista sume en lo que se ha venido a denominar trifachito. Esto último ha quedado bien lejos de ser posible.

Mi tesis compartida (escrita en otros artículos de este mismo medio) es que la abstención (desmovilización) que tumbó al PSOE de Andalucía, se debió a la deriva hacia la derecha en su acuerdo con Ciudadanos del gobierno de Susana Díaz, que trajo como consecuencia un deterioro de los servicios públicos, de la calidad laboral y de vida sin precedentes en Andalucía. Dicho deterioro actuó en sinergia con dos hechos. El primero, que fue el PSOE andaluz con Díaz al mando el que forzó la abstención del PSOEen el congreso para que Rajoy tuviese tres años de regalo más al frente del gobierno de España con un partido inundado por la corrupción, para ello actuó contra Pedro Sánchez, secretario general, al que sacó de la dirección del partido con procedimientos aviesos. El segundo, su alineamiento explícito en materia de política territorial con las derechas que devinieron después en la unidad trina de la foto de Colón. Díaz cambió el significado de la bandera de Andalucía (derechos e igualdad) por el pack del “a por ellos” que incluía el freno a cualquier recuperación de derechos y el acelerador para más neoliberalismo. En sumarse al “a por ellos” la presidenta Díaz fue explícita.

Todo esto ha venido ocurriendo en un contexto de tracto temporal sucesivo para lograr la excomunión del sistema democrático de partidos de Podemos, y con ello arrojar a la marginalidad sus significados político simbólicos. Para ello, se han usado procedimientos legales e ilegales. Entre estos últimos el más relevante el de las cloacas que crearon pruebas falsas como se está demostrando estos días para amplificar su difusión en alianza con ciertos periodista señeros de medios de comunicación en manos del poder financiero.

Entre los métodos legales, se producen dos actos de gran calado, dos auténticas operaciones de estado. El primero la abdicación del monarca en su hijo, para limpiar la imagen del símbolo de la etapa constitucional del 78. El segundo la convocatoria de elecciones anticipadas en Andalucía en 2015, por parte de la señora Díaz para, tras patear a aquella IU con la que compartía gobierno, “parar al populismo” como la propia Díaz confesó la noche electoral, forzando a un recién nacido Podemos a jugar en el campo más difícil, aquel en que “la izquierda” simbolizada por el pesoe no había dejado de gobernar nunca.

Estos antecedentes condujeron en Andalucía a un hastío con el susanismo que se manifestó en las elecciones del 2 de diciembre de 2018 de dos formas. Una derecha impotente tras la Gurtel y la moción de censura que fogueó asu irritación hacia Vox, y una fuerte abstención de izquierdas que sabía que Susana Díaz seguiría gobernando tanto si votaba al PSOE andaluz como si votaba a Adelante Andalucía. Los resultados de este cruce de variables indignadas son el actual gobierno andaluz.

Unos meses antes del 2 de diciembre de 2018, la crisis abierta por la demoledora sentencia de la Gurtel, con la gestión que hace Pablo Iglesias de la moción de censura para que salga adelante con Pedro Sánchez presidenciable, permite que el electorado progresista vea que los números parlamentarios daban para un gobierno progresista y unos presupuestos que miren a las clases medias y populares, en contraste con las políticas dóciles hacia el poder del gobierno andaluz de Díaz. La moción de censura del final junio de 2018 revela con absoluta nitidez que hay otro gobierno posible, la utilidad de Podemos y la inutilidad del susanismo como marco de gobierno del pesoe.

Poco más de dos meses después del 2 de diciembre de 2018, alimentada por un Vox crecido por sus resultados en Andalucía y el conato de dialogo del gobierno Sánchez con el independentismo catalán para sacar los presupuestos adelante, toda la derecha se fotografía en Colón en un acto que pretendían multitudinario pero que resultó a ojos vista fallido. Pedro Sánchez nota la debilidad y arriesga, cinco días después de la foto de Colón, convocando elecciones anticipadas.

Los avatares internos de Podemos y la desaparición de la escena de Pablo iglesias dejan campo abierto a Sánchez para intentar recuperar voto perdido con una campaña atravesada por la festividad de semana santa. La jugada es de riesgo.

El riesgo de involución lo percibe la España con memoria, el feminismo que hace huelga y se manifiesta masivamente el 8 de marzo y el fruto de la repolitización que supuso el 15M. El llamamiento al voto contra la involución y la barbarie (alentada por Vox) se intensifica.

Y en esto, el 23 de marzo Pablo Iglesias, tras su baja por paternidad, con un Podemos en horas bajas, convoca un acto público en la madrileña plaza del Museo Reina Sofía, recompone el escenario del discurso de Unidas Podemos, pide perdón y revela una trama policial, mediática e institucional, para derruir a Podemos y a su persona. El 27 de marzo la trama es certificada por la Audiencia Nacional que tiene un procedimiento abierto por lo que comúnmente se está llamando cloacas del estado.

En plena Semana Santa, en campaña electoral, un Sánchez interesado en la división en tres del voto de derechas, mete a Vox como actor del debate televisivo electoral en una televisión privada del grupo Atresmedia, ignorando a la RTVE pública. La Junta Electoral Central obliga a eliminar a vox como actor del debate televisado y comienza el debate sobre el debate, todo se acelera en torno a este tema y obliga a l PSOE a ceder y admitir dos debates seguidos. La audiencia de los mismos se dispara y demuestra el interés del electorado, con un 40% de indecisos, por conocer que dicen y proponen los candidatos. Es la oportunidad que no desaprovecha Pablo Iglesias para recuperar terreno. Saliendo Iglesias vencedor de los dos debates, no solo recupera terreno para Unidas Podemos, sino que consolida a Pedro Sánchez como presidenciable en un gobierno de izquierdas. La movilización del voto útil progresista hacia Sánchez podía dejar a Unidas Podemos en los huesos (como le ocurrió siempre a IU), Pablo Iglesias demuestra solvencia y garantía de que para que el PSOE haga políticas sociales y para las mayorías la fortaleza de Unidas Podemos en el gobierno es imprescindible. El triunfo de Pablo en los debates, y la insistente pregunta a Sánchez sobre si descartaba a Ciudadanos o no para pactar se hizo determinante para los indecisos a los que preocupaba o asustaba un gobierno ultra de las tres derechas. Enric Juliana resume perfectamente la actuación en los debates de Pablo Iglesias al afirmar en un tuit que: “Volviendo al principio. Iglesias ha ganado el segundo debate y puede que sea en beneficio de Sánchez. Algún día quizá escribiremos que Podemos, deseando lo contrario, salvó la vida al Partido Socialista Obrero Español, por mucho que le pese a Felipe González.”

La conclusión de todo lo descrito hasta ahora es que sin Unidas Podemos y sin Pablo Iglesias, condiciones necesarias para tirar del PSOE hacia la izquierda, el socialismo sanchista no existiría, España estaría no en riesgo de involución si no en estado de involución como Andalucía (ahora también frenado por los resultados del 28A).

La prueba del nueve de la demanda de todo el electorado progresista más o menos de izquierdas, muy mayoritario en España, es que en la noche electoral del 28 de abril, tras conocerse los resultados, durante la comparecencia de Pedro Sánchez la militancia del PSOE gritaba “sí se puede” y “con Rivera no”. Íñigo Errejón o George Lakoff hubiesen dicho que si el adversario grita tus consignas es que estás ganando. Y sí, estamos ganando porque ha salido derrotado, otra vez, el susanismo, han salido derrotadas las derechas reaccionarias y la derecha retrógrada y, no menos importante, ha salido derrotado el discurso que Felipe VI pronunció el 3 de octubre de 2017. No es poco. Si el PSOE de Sánchez, Unidas Podemos, y el soberanismo catalán, no actúan en consecuencia no parece, ante la deriva neofascista mundial, que España (y Cataluña) tenga una segunda oportunidad para avanzar en la mejora de la vida de la ciudadanía.

Hay motivos para esperar un gobierno de Sánchez con Unidas Podemos. Ciudadanos pretende liderar el bloque de derechas ante la caída de vértigo de Casado y el PSOE de Sánchez ya sabe que si toma la vía susanista de alianza con Ciudadanos, la condena a la derrota futura está servida como en Andalucía. El hábil Sánchez va a intentar gobernar solo, como lo hizo en 2015 y 2016, pero esta vez aun con un Unidas Podemos con menos fuerza, lo tiene más difícil, un gobierno con más de ciento sesenta y cinco escaños en el congreso puede gozar de cierta estabilidad para abordar reformas sociales, económicas, ambientales y territoriales en alianza con la España plurinacional, la realmente existente como se ha demostrado, una vez más pero esta vez de forma muy contundente, los resultados del domingo pasado.

El 28 de abril la inteligencia colectiva de la España diversa y tolerante ha frenado la reconquista. El 28 de abril, esa misma España ha tejido las mimbres para un renacimiento democrático. Es un deseo y una opinión. Todo está por ver y poco a poco lo iremos viendo. La oposición al cambio na va a ser menos feroz que la vivida hasta ahora. Con Unidas Podemos en el gobierno los derechos, la precariedad laboral, los servicios públicos y la justicia fiscal mejorarían con claridad. El espacio de crecimiento simbólico para ese renacimiento democrático está en la asunción del feminismo como principio de vertebración democrática poniendo la vida en el centro y en el ecosocialismo como respuesta equitativa que no deje a nadie atrás, en la ecología política con el cambio de modelo productivo y energético para frenar el cambio climático, y en la construcción de una España plurinacional consensuada y estable con una concepción territorial anticentralista y anticentralizante. La oportunidad que abre el resultado de estas generales es histórica como histórico era lo que nos jugábamos en ellas.

¡Sí se puede! Se va pudiendo.

martes, 26 de marzo de 2019

Pablo Iglesias con la verdad por delante


Se avecinan las elecciones generales del 28 de abril adelantadas por Sánchez tras la negativa del independentismo a apoyar unos presupuestos pactados con Unidos Podemos. Sánchez pretende aprovechar el susto en el cuerpo que al votante demócrata y progresista más o menos de izquierdas le entró tras los resultados electorales de las elecciones andaluzas, en sinergia con el fracaso de convocatoria de la manifestación reaccionaria que dibujó la foto del trío de Colón.

Si la suma del trío de Colón no da mayoría y Sánchez puede sumar la absoluta con Ciudadanos, intentará esto último por todos los medios ante la presión que los poderes fácticos y financieros españoles, incluida la casa real a la que el PSOE se pliega siempre con facilidad, van a ejercer para que esta vez, sin la necesidad de la abstención de Podemos, así sea. De ese pacto PSOE/Ciudadanos configurado en el papel contra los derechos sociales, económicos, ecológicos y de género, nos salvó en noviembre de 2015 y junio de 2016, con un PP con olor a podredumbre, el hecho de que PSOE+Ciudadanos no daban mayoría. La otra mayoría posible, los números daban, la de la moción de censura, fue obstaculizada durante dos años por el PSOE de Andalucía militarmente susanista que forzó la abstención para que gobernara Rajoy. Esos son los hechos.

Los hechos nos dicen que la alianza del PSOE andaluz con Ciudadanos, bajo cuyo apoyo gobernó la pasada legislatura, deterioró de tal manera los servicios públicos andaluces, la educación, la sanidad, las ayudas a la dependencia y los derechos de las y los trabajadores sometidos a operaciones de privatización directa o encubierta, engordando las cifras de pobreza, desempleo, precariedad y desigualdad de tal manera, que generó un fuerte estado de repudio y desazón en el voto de izquierdas haciendo que una buena parte se quedase en casa por sincero desprecio al susanismo.

Si ese voto no se fue a Adelante Andalucía para sujetar la sangría de la izquierda fue por dos motivos centrales. El primero, el desprecio y hostigamiento del PSOE andaluz con toda la presa en manos de la banca trabajando en demonizar la fuerza del podemismo en su versión andaluza. El segundo, la evidencia de que si la suma de PSOE y Adelante Andalucía daba, Susana Díaz no saldría del poder. De modo que la pulsión central del votante por la derecha y por la izquierda fue expulsar a Susana Díaz, con todo lo que significaba, del gobierno andaluz. Esa pulsión indignada del voto de derechas, sabedora de su pasada impotencia histórica, relajó la transferencia de voto hacia el fascismo. Esos son los hechos, y así lo certifica la encuesta post electoral de CIS. Cataluña no influyó tanto como se dice, poco comparado con la idea de echar a Susana Díaz. El resultado demuestra que la alianza del PSOE de Andalucía con Ciudadanos abrió la puerta al fascismo. Hechos.

Sumado este pasado reciente al pasado del PSOE desde la gran victoria de Felipe González, queda demostrado que es un partido que gana prometiendo derechos sociales, económicos, ambientales y de género, y gobierna frenando o incluso retrocediendo en la aplicación efectiva de los mismos. No cabe duda que entregando lo público a lo privado y negociando retrocesos que un tiempo fueron compensados con la ilusión del crédito fácil que condujo al desastre y a la actual deuda pública, y con el feminismo de la paridad y los derechos LGTBI, junto con concesiones ambientales que funcionaron como violet y green washing. Hechos conocidos.

De modo que según los hechos conocidos nos encontramos en un momento en que los escenarios post electorales del 28 de abril son, como bien dibujó Pablo Iglesias este pasado sábado 23 de marzo, tres. Si gana el tripartito de Colón, el que gobierna de facto Andalucía, formarán gobierno seguro con el fin de destrozar la democracia en España. Sí al PSOE le dan los números con Ciudadanos, formaran gobierno deteriorando de tal manera lo público y enconando de tal manera la cuestión catalana, que abrirán, como hicieron en Andalucía, la puerta al neofascismo. Y por último, si no se dan las opciones anteriores, lo que precisa resultados razonablemente buenos de Unidas Podemos, Sánchez deberá cumplir todo aquello que prometió para ganarle las primarias a Susana Díaz.

La deuda pública galopante española fruto de los gobiernos de Rajoy, de la modificación del artículo 135 de la constitución española, de la ley de estabilidad presupuestaria, del techo de gasto, de la reforma laboral durísma, en palabras del ministro Guindos que ahora vive tan felizmente en la sede alemana del BCE, y de la ley mordaza, se verá incrementada por las políticas de destrucción del Estado con los parabienes a la fiscalidad de los ricos que lleva en cartera Ciudadanos y que impondrá al PSOE, por la traducción de la deuda ecológica en deuda pública fruto de ignorar el cambio climático y por el desprecio a los derechos y las reivindicaciones del programa político del feminismo.

Pablo Iglesias irrumpió fuerte, con la verdad por delante, este pasado 23 de marzo. Como el gran político que es dibujó el marco del escenario y sitúo los muebles en el lugar preciso. Lo hizo señalando con claridad a quienes se presentan a las elecciones regalando dinero a las opciones que se ponen a sus pies, todas menos Unidos Podemos, y controlando con títulos de propiedad de los grandes medios de comunicación lo que se dice y lo que no se dice, generando en el mejor de los casos estado de opinión y en el peor, noticias falsas y manipulación.

En tiempos de fake news, de invención de cifras y de mentiras, no es mal asunto ir con la verdad por delante.

martes, 12 de marzo de 2019

Feminismo y ecología, una conexión revolucionaria


La vida es una fábrica de tiempo. Durar y generar capacidad de duración, reproducirse, es el fin de la vida en términos biológicos. Toda la bioquímica de la vida sobre el planeta Tierra está dedicada a su autosostenimiento, toda la biodiversidad de los ecosistemas está estructurada para vivir y sobrevivir. Toda la complejidad de la naturaleza viva está invertida en luchar contra la degeneración impuesta por el segundo principio de la termodinámica, la entropía del universo siempre aumenta, absorbiendo energía exterior (del sol) para, como describió Erwin Rödinger en ¿Qué es la vida?, obtener negantropía y luchar contra la entropía que anuncia la muerte.

Una de las lineas de fuerza del feminismo desde siempre ha sido poner la vida en el centro. Poner la vida en el centro no como una vida valle de lágrimas si no como una vida placentera, una vida plena con aspiración de felicidad colectiva e individual. Ahora todos y todas nos damos cuenta porque “la vida en el centro” se ha convertido en idea fuerza y lema iterativo de la actual gran movilización política del feminismo por la igualdad y la equidad, al considerar las causas estructurales de la desigualdad como las causas profundas de la violencia machista.

Ese poner la vida en el centro es la conexión directa del feminismo con el ecologismo. No como una vuelta a las cavernas, ni como una apología del dolor que supone el hecho biológico de que la vida humana necesite vida de otras especies para vivir, sino como una aspiración de respeto a la biodiversidad, que es condición de posibilidad para todas las vidas, en el margen estrecho de las condiciones fisicoquímicas de la biosfera que le son imprescindibles.

La gran aspiración cultural de la ecología política, ha sido cambiar la perspectiva antropocéntrica, que en realidad es androcéntrica y capitalista, por una perspectiva biocéntrica. En ese cambio de mirada se ponen en juego tanto la crítica a las relaciones de producción del sistema capitalista como la función social y productiva (y ambiental) de los medios de producción y su propiedad.

Consiguientemente, al poner la vida (toda la vida, la humana y la del resto de la diversidad natural) en el centro, se pone en cuestión tanto el modelo capitalista de crecimiento como cualquier salida al mismo que pretenda apalancarse sobre la distribución “más justa” de los rendimientos del capital. El crecimiento deja de ser fin en sí mismo y sinónimo de progreso. Lo que el feminismo, al poner la vida en el centro, y el ecologismo dicen es que la solución no está en los modelos político económicos nacidos en el siglo XIX, cuyas consecuencias vivimos en términos de desigualdad, daño ambiental y violencia. La democracia ya no resiste la fuerza del capitalismo, crecer para crecer, ni la solución del viejo socialismo, crecer para repartir, porque es la vida, y más la vida humana, y más la de las mujeres, lo que está en riesgo.

En esa raíz de cambio cultural revolucionario se sitúa la intencionalidad del discurso del capital neoliberal de “crear” un nuevo feminismo calificado de liberal. Se trata de apropiarse del término feminismo para destruirlo, al igual que ha ocurrido con el término sostenibilidad en el marco de la economía ecológica. Una suerte de violet washing para que funcione como un green washing. Pintura sobre la fachada de un edificio estructuralmente podrido. Los lazos morados que se ponen algunos dirigentes políticos son al feminismo lo que al ecologismo los barriles de petróleo barnizados de verde. Afortunadamente, en algunos países como España este intento, de momento, ha resultado ridículo dada la fuerza con la que el feminismo ha penetrado en los espacios privados y sociales de las mujeres, incluso en los de los hombres. En el mismo sentido contracultural contra el feminismo se sitúan las propuestas de la derecha ideológicamente más reaccionaria y nacionalcatólica de apoyar por ley la maternidad para abogar por “la cultura de la vida”. El enemigo ha entendido a la perfección la fuerza de ese “poner la vida en el centro” y no ha tardado un segundo en buscar la manera de intentar destruir su sentido revolucionario.

El feminismo ha puesto la vida en el centro al reclamar justicia y equidad, y exigir el fin del patriarcado y la violencia estructural que se deriva del modelo cultural/económico en el que los hombres mandan porque sí (mandamos porque mandamos). El feminismo que está convocando huelgas, manifestaciones y movilizaciones en los últimos años lleva en su programa político la revolución, porque además de incorporar la lucha por la paridad en los espacios de representación y la defensa de la ruptura con los roles culturales en el reparto de tareas y trabajo, ataca con sus demandas de justicia y equidad la causa estructural de la violencia machista, un sistema económico que deja para las mujeres los trabajos menos remunerados, y que cuando ocupan puestos más valorados ellas son peor pagadas que ellos. Un sistema económico que externaliza en las mujeres los costes de las tareas de cuidados y de la reproducción social (infancia, mayores, pacientes, trabajo doméstico) sin las cuales la sociedad colapsaría. Las tareas que fabrican tiempo, las imprescindibles para la vida, son despreciadas.

El sentido profundo de ese “poner la vida en el centro” se constata en que la vida es una lucha contra los efectos degenerativos del tiempo. Una tarea puesta exclusiva y culturalmente en manos de las mujeres para que la sociedad funcione y se reproduzca. Esa tarea no solo no está repartida con equidad, sino que está minusvalorada y marginada a pesar de ser imprescindible.

La virulencia de los ataques contra el feminismo y la intención de desvirtuar el contenido de su programa político tiene que ver con esto. El sistema económico capitalista es un destructor de tiempo. El modelo energético fósil, el expolio de las reservas minerales, la destrucción de los ecosistemas y la biodiversidad aceleran la digestión del tiempo que crea la vida natural al igual que el modelo patriarcal devora el tiempo social que crean las mujeres. Y, como hemos dicho al principio, si la vida es algo, es una fábrica de tiempo. Consiguientemente el capitalismo es un destructor de vida porque es Saturno liquidando el tiempo.

Si la función de la vida es vivir, si la aspiración feminista es valorar culturalmente los cuidados y la vida buena en sociedad, la acción diaria del capitalismo patriarcal es matar sin importar la vida de la naturaleza ni la vida de las personas. He ahí el carácter revolucionario de poner la vida placentera en el centro y la fuerza política de la conexión entre feminismo y ecologismo.

jueves, 28 de febrero de 2019

La lucha contra las macrogranjas del norte de Granada vincula cultura, territorio, futuro y democracia


Los momentos en los que la bandera de Andalucía es más útil son cuando al enarbolarla, las y los andaluces conseguimos hacer realidad lo que representa ese trapo de tela verdiblanca. Cuando se substancia en leyes y normas el contenido de reivindicaciones sociales, económicas, ambientales y de género, en definitiva, culturales para mejorar la vida del pueblo. “Escuelas gratis, medicina y hospital, pan y alegría nunca nos falten, que vuelvan pronto los emigrantes, haya cultura y prosperidad”.

La autonomía plena producto de luchas republicanas, antifascistas y, tras la muerte de Franco, de la reivindicación de querer ser como la que más por mediación de la constitución del 78 que se activó en las movilizaciones por el derecho a decidir del 4D de 1977, dando lugar al referéndum del 28F de 1980, al primer estatuto de 1981 y al segundo estatuto de 2007, tuvo y tiene como objetivo la defensa de una vida buena y la aspiración a la felicidad compartida entre quienes vivimos en Andalucía.

Ayer puse en facebook un simple (por incompleto) comentario contra las macrogranjas que pretenden copar el altiplano y norte granadino: una cabeza de porcino produce mierda (excrementos) como más de veinte personas, si la macrogranja que quieren poner en Dehesas de Guadix va a tener 125.000 cerdos, entonces la excreción producida sería la de una urbe de 2.500.000 de habitantes. Simple e impactante que no recoge ni de lejos el daño infinitamente superior que las instalaciones de este tipo producen allá donde llegan. Así lo expusieron un puñado de acertados comentarios.

Uno de los comentarios fue más extenso y pormenorizado. Me sorprendió en el una metáfora del daño que provocan las macrogranjas. Producen “lobotomía rural”, destrucción completa de comunidades enteras, de su cultura y de su historia, con efectos devastadores sobre la salud humana, animal y ambiental, los recursos naturales, la agricultura y la ganadería tradicional o ecológica, el patrimonio material e inmaterial, el turismo, el paisaje, el olor del aire, los equilibrios ecosistémicos, la composición química del las aguas, control mafioso de las relaciones humanas y políticas. En definitiva liquidación completa del ser de una población, de la soberanía sobre el territorio y del modo de vida de una comunidad cultural histórica. Lobotomía bajo el celofán brillante de un mentiroso discurso de progreso y jauja.

En términos de ecología política, lo más parecido a la noción de pueblo cultural es la noción de ecosistema natural. Un conjunto de relaciones que contribuyen a estabilizar, ralentizar y contrarestar (conectándose en el extremo a la energía solar) la degeneración entrópica forzada por el segundo principio de la termodinámica para que la vida en el, cualquiera que sea la forma que tome, se autosustente y se preproduzca.

El neoliberalismo, y su consecuencia actual, el neofascismo, representado por quienes quieren eliminar las soberanías de las comunidades culturales de pueblos, ciudades, comarcas y regiones, están interesados en la concentración de poder, de todo el poder, en lugares lejanos o en lugares cuyo territorio es la especulación (las bolsas), con el fin de limitar, controlar y poner a su servicio al poder político concentrado en un punto, laminando la posibilidad de una democracia en la que podamos decidir en cada ámbito de identificación cultural sobre aquello que nos afecta.

Hoy, aquel ”escuelas gratis, medicinas y hospital,...” que cantaba Carlos Cano, es la misma reivindicación de aproximar el control democrático de las decisiones a los lugares en los que van a afectar. Hoy eso significa estructuras de poder descentralizadas y desconcentradas, significa en mi opinión ecologismo, ecosocialismo, ecofeminismo, ecoandalucismo y federalismo. El modelo de las macrogranjas es el producto de un modelo económico representado por la ideología del capital por la que todo, hasta el aire que respiramos y los vientres de las mujeres, puede ser objeto al servicio del mercado, para ello necesita de la ausencia de democracia.

El prefijo eco otorga a la lucha por los derechos sociales, económicos, ambientales, culturales y de género este 28F un sentido profundo y completo. Que no nos conviertan la celebración en una farsa. Para que Andalucía decida sobre su presente y su futuro, cada comarca debe poder decidir sobre todo lo que le afecta. No son banderas, son lo que significan, y la de Andalucía significa derechos y capacidad de decisión en cada una de sus comunidades culturales.

domingo, 13 de enero de 2019

Vox sale del redil del PP en el que el régimen del 78 lo encerró

Intento construir un relato que explique lo que ocurrió el 2D. Desde ese día he escrito varios artículos publicados en primicia en lavozdelsur.es. Los he centrado en Andalucía. Hacia afuera, a lo sumo, en el vínculo de conflicto entre Susana Díaz y Pedro Sánchez que otorgó a Rajoy dos años más de gobierno de España. En éste, añado una aportación más para intentar comprender porqué Vox ha irrumpido aquí con fuerza tal que va a condicionar extremadamente el gobierno PP-Ciudadanos y toda la política en España.

El “a por ellos” de Mariano Rajoy, alentado por Albert Rivera y Susana Díaz, abrió la jaula del PP en la que el electorado potencial de Vox estaba recluido. Con la puerta abierta para huir, mientras Rajoy dirigía el PP, el voto ultra español se mantuvo dentro del redil ante la duda de si en el exterior haría más frío (así lo indicaban las encuestas). Pero en la calle se hacían visibles acciones duras de lo faccioso cambiando la bandera de la España franquista con el águila por la constitucional. En Cataluña hubo multitud de ejemplos que se amplificaron en las manifestaciones convocaba por Sociedad Civil Catalana y que encabezaban Borreles y Llosas junto con Albioles, Riveras, Arrimadas y gentes de Vox. Pero no solo en Cataluña. La virulencia de banderazo y brazo en alto salía a la calle con “normalidad” para amedrentar la democracia.

La caída de Rajoy el 1 de junio de 2018 precipita su sucesión. El control del partido lo gana la facción más ultra representada por Casado y apoyada por Aznar. El duro discurso ideológico ultra de Casado otorga sentido a la huida de electorado del PP hacia Vox por la puerta abierta del “a por ellos”. Casado lo percibe y vira aún más hacia la ultra derecha para intentar devolverlo al cercado. Endurece no solo su discurso sino su acción, visita insistentemente los afilados muros africanos, Rivera también. Las elecciones andaluzas empiezan a ser parte del marco de la escena.




Toda esa historia se sumó a la relevancia que Susana Díaz le otorgó a Vox en la última semana de campaña andaluza, en un momento en que la gran pulsión del electorado era hacerla desaparecer del gobierno andaluz (el electorado de izquierdas por la destrucción sistemática de los servicios públicos educativos, sanitarios y sociales que ha dejado en los huesos, y el de derechas por las ganas históricas que le tenía al PSOE). De modo que se crearon unas condiciones idóneas en las que se liberó al monstruo franquista que condensó Vox sobre Andalucía e incrementó dramáticamente su expresión en las urnas.

El horror estaba ahí, en las habitaciones de palacio del PP. El régimen bipartidista (monopartidista en Andalucía) lo quiso siempre conservar por si venían tiempos revueltos. Tal vez para que cumpla, ahora que el régimen del 78 ha sido deformado por el efecto del 15M, dejando de ser monopartidista en Andalucía (su forma específica consumada 37 años en el sur), la función que otrora, hace unos cuarenta años, cumplieron las sotanas obispales y los sables militares, como amenaza de que todo puede ir a peor.

De momento el gran baluarte frente a lo reaccionario es el feminismo, habrá que ir sumando fuerzas frente a la involución democrática que acecha en el marco de una crisis ecosistémica colosal del capitalismo mundial.

viernes, 11 de enero de 2019

¿Y Susana Díaz cuándo dimite?

El día que se anunció la llegada de los bárbaros la gente seguía en sus quehaceres como si nada pasase, solo las mujeres sentían una inquietud manifiesta difícil de describir, tal vez entre la indignación y la desazón, que alimentaba un estado de alerta. El contenido de las primeras noticias que llegaban de la capital del reino borbónico activó la alerta feminista. Lejos de los campamento de los generales que sitiaban Andalucía, allí donde el mando se concentra, voces enaltecidas indicaban que ellas, las mujeres, serían las primeras en pagar la arrogancia de sentirse libres dentro de un pueblo, el andaluz, que había dado muestras evidentes de olvidar su historia un luminoso, en lo meteorológico, domingo de diciembre.

Hoy los bárbaros están a las puertas de la Alhambra, de las murallas de Cádiz, rodean la judería y la Mezquita de Córdoba, sitian las Alcazabas de Almería y Málaga, ocupan las viejas estancias del Castillo de Santa Catalina en Jaén, irrumpen en Huelva pisoteando Doñana, miran con codicia y desprecio los tesoros y el agua de Sevilla y se disponen a tomar desde los barrios de los ricos en los que estaban asentados llevando una buena vida, todos los barrios populares de Andalucía para recordarnos que debemos volver a ser desde ya un pueblo sometido a intereses ideológicos y económicos ajenos a los de la mayoría de las gentes que aquí vivimos. Hablan de reconquista y sabemos que cuando ese término se impone es en realidad un retroceso civilizatorio en la tierra que fue cuna del primer renacimiento europeo antes de que ellos llegaran, sin el cual Europa hoy no sería la misma. Cuando llegan los bárbaros, como entonces, traen la traición y el oscurantismo.

Dicen los bárbaros que traen la buena moral, pero atacan a los débiles, a los que carecen de derecho alguno o de la posibilidad real de ejercerlo. Se dicen los bárbaros amigos de cazadores y toreros, pero desprecian los derechos humanos, la vida animal, la naturaleza y el paisaje. No han tardado en avisar que en las próximas semanas o meses los señores del lugar, aquí llamados señoritos, no tendrán que pagar impuestos cuando sus vástagos hereden su patrimonio millonario logrado con escaso trabajo y mucha explotación, prebendas y hasta cosas peores. Prometen que todo irá mejor, mejor para ellos y para sus amigos ricos de afuera. Lo sabemos por que han ejercido la barbarie otras veces y nunca su ejercicio hizo crecer la felicidad de la gente, sino al contrario.

Los bárbaros de ahora no tienen aspecto de milicia, visten buenos abrigos, trajes caros, camisas recién planchadas con trabajo precario o esclavo y corbatas elegidas en un arsenal de complementos de marca. Se les distingue, más allá de su atuendo reconocible porque parecen señoritos andaluces con piso en La Castellana y por llevar pulserita visible con la bandera de España como galón simbólico de pertenecer a la clase ociosa propietaria y especuladora.

Los tres batallones de bárbaros han firmado un programa de gobierno para repartirse los sillones en un proceso por el que han convertido Andalucía en un protectorado de la corte colonial. Una parte de los bárbaros, la más avezada en la retórica del engaño, ha redactado el programa de gobierno que van a compartir las tres partes con intención ambigua para intentar ocultar sus verdaderas intenciones. Pero les ha sido imposible esconder la aviesidad. Todo lo que tenga que ver con los derechos de las mayorías sociales y que sea competencia andaluza quedará en los absolutos huesos, y de eso que será lo malo tendrá la culpa Sánchez y Podemos. Todo lo que tenga que ver con privilegios, escondidos en la palabra libertad, de las clases más pudientes, engordará la panza de los dueños de la educación privada (religiosa), sanidad privada y capitalistas lejanos con empresas prestadoras de servicios públicos que deterioran su calidad y precarizan el empleo. Todo lo que tenga que ver con el campo será una entrega colonial al capital extranjero o acumulado en pocas manos, todo lo que tenga que ver con el medio ambiente será objeto de mercado. Pero lo peor del programa de los bárbaros es lo que no está escrito, la agenda ideológica oculta que pretende instaurar en Andalucía la enfermedad del Alzheimer.

Conviene preguntarse primero ¿por qué los bárbaros se van a convertir democráticamente en reyes de Andalucía? La obra de la Sra. Susana Díaz, ya ex presidenta de facto de la Junta de Andalucía, ha quedado culminada. Ella es la que ha entregado Andalucía a la barbarie. Quiso parar al “populismo” para satisfacer los intereses de sus amistades del IBEX35 y le abrió la puerta a los tres batallones de la barbarie. Ella, que es artífice de frases berlanguianas memorables que, sin ápice de ironía, bien podía haberlas pronunciado Francisco Franco salido de la tumba, como aquella de “no hay nada más andaluz que un guardia civil” pronunciada en el marco de un “a por ellos” que ha resultado ser un “a por nosotras”, es la principal culpable visible del retroceso reaccionario que va a sufrir Andalucía en los próximos años.

Hoy tenemos, las y los andaluces, lo que no nos merecemos. Lo que dice toda la prensa europea democrática respecto del pacto de la vergüenza que protagoniza Vox, la puerta abierta a la ultraderecha de raíz franquista. ¿No es entonces que la siguiente pregunta que debemos hacernos es, y Susana Díaz cuándo dimite? Urge, porque vienen procesos electorales y las y los demócratas andaluces debemos disponernos a actuar sin traiciones contra la barbarie.

lunes, 31 de diciembre de 2018

La señora Susana Díaz aguanta impasible el ademán

El discurso de fin de año de la presidenta en funciones Susana Díaz ha sido un intento de ocultación de dos verdades demostrables en cifras. La primera es que el periodo de gobiernos del PSOE andaluz con la Sra. Díaz como presidenta ha sido, en términos de calidad de los servicios públicos y de indicadores objetivos de bienestar social, el más degenerativo de la historia de Andalucía desde la llegada al poder en el año 1982 del partido que hegemonizó el voto de izquierdas andaluz.

La segunda verdad es que la ultra derecha, la derecha y el fascismo a los que señaló en el discurso, con verdad, como los verdaderos peligros para Andalucía porque albergan un proyecto involutivo en lo social y lo democrático, han ganado en Andalucía por su exclusiva culpa.

Lo que están diciendo los estudios postelectorales del 2D andaluz es lo que venimos diciendo desde el día después con solo observar las cifras macroscópicas de los porcentajes de voto y abstención del dos de diciembre de 2018 comparándolas con las del 22 de marzo de 2015. La pulsión electoral más potente que determinó el voto fue evitar que el PSOE de Susana Díaz pudiese seguir gobernando la Junta. Esa pulsión se manifestó, en grandes números, de dos maneras. Por un lado, no votando, por parte de una izquierda hastiada de susanismo a la que Adelante Andalucía se le presentaba como un imposible que solo iba a poder volver a sostener a Díaz, y por otro, desplazando en términos netos voto hacia la derecha del PSOE a C´s y del PP a Vox.

Lo ocurrido es, para la democracia y la justicia social, fatídico, pero objetivamente, calculado a posteriori, era la forma más probable de desalojar a Díaz del gobierno. Téngase en cuanta que en Andalucía no hubo nunca bipartidismo, sino monopartidismo absolutista. Otros resultados con mayoría parlamentaria de PSOE-A y Adelante Andalucía hubiesen mantenido a Susana Díaz en el poder dada la altísima improbabilidad de que Adelante adelantase en escaños al pesoe (lo escribo así en minúsculas y dos es a propósito). Esta es la causa fundamental de la retracción del voto de progresista de cambio. Siempre se desplazó hacía el pesoe ante la llamada del voto útil y esta vez hacia la abstención asumiendo que desplazarse a Adelante Andalucía era inútil para desalojar del gobierno por la izquierda a un pesoe andaluz completamente derechizado.

Esta fuga de voto hacia la derecha y la abstención se fue por las cañerías de vaciamiento de voto del pesoe que abrió la propia Susana Díaz durante toda su etapa de presidenta del gobierno de Andalucia y secretaria general del pesoe andaluz, alejándose de la izquierda, dando credibilidad a Ciudadanos en su alianza de legislatura, situando a Vox en el centro del debate durante la campaña electoral, al tiempo que despreciando y “criminalizando” a Podemos desde aquellas declaraciones exultantes la noche electoral del 22 de marzo de 2015 en las que afirmó “he parado al populismo” tras despreciar a IU y convocar elecciones anticipadas para evitar un mayor crecimiento de Podemos.

Con este historial de destrucción del voto de izquierdas y progresista andaluz la todavía presidenta en funciones, ayer en su discurso de fin de año, se atrevió a vacilar al pueblo andaluz, impasible el ademán, de su gestión y a advertir de los peligros de los que ella misma es la principal culpable política. Si no se va antes de las elecciones municipales, si tarda mucho en irse, Sánchez, el PSOE andaluz y, colateralmente la izquierda y el progresismo andaluz, tendrán un problema de profunda credibilidad que afectará a sus imagen política y resultados en toda España.

Tal vez por eso lo poderes del IBEX35, a los que tan bien sirvió, no le vayan a ofrecer pronto una puerta giratoria, en la esperanza de que su resistencia numantina siga sirviendo para reducir las posibilidades de mayorías progresistas en España.

lunes, 10 de diciembre de 2018

Andalucía 2D, el 15M se hace mayor


Francisco Garrido y Mario Ortega | Las elecciones andaluzas del 2D marcan un antes y un después en la política española. No solo se inaugura un nuevo ciclo electoral. El 2 de diciembre de 2018 finaliza la etapa que inauguró el 15M en mayo de 2011. Supone el cierre de la ventana de oportunidad tal y como la formuló la hipótesis Podemos. Cae el PSOE Andaluz, el gigante del socialismo español, a manos de las derechas centralistas, antidemocráticas y creadoras de desigualdad. Cae el partido que capitalizó la pulsión de demanda de justicia social y autonomía de Andalucía en los años posteriores a la constitución del 78. No cae a manos del empuje del 15M, de Podemos, de Unidos Podemos o de su formulación andalucista Adelante Andalucía, cae arrastrado por su alianza con el pasado, con las fuerzas reaccionarias vivas del régimen del 78 que aun divididas suman lo suficiente como para sacar del gobierno andaluz al partido de la casta andaluza.

Desde las elecciones generales del 20 de noviembre de 2015 en las que no se consumó el sorpaso de Podemos al PSOE (entonces liderado por un Sánchez que no era sanchista), toda la energía del régimen del 78, con el PSOE andaluz Susanista al frente, se dedicó a frenar el empuje de Podemos. En Andalucia el susanismo se dedicó a despreciar, vilipendiar, ignorar y pisar todo lo que tuviese que ver con el espacio electoral progresista que había abierto el 15M. Más el contrario el PSOE susanista andaluz actuó cooperando con Ciudadanos, defenestrando a Pedro Sánchez, ya sí sanchista, y sumándose al “a por ellos” de las fuerzas del régimen en forma de partido o en forma de institución. Las consecuencias electorales de demonizar a Podemos e IU y alentar los marcos de la derecha de raíz franquista, en el contexto de deterioro de los servicios públicos, paro, precariedad y desigualdad en Andalucía son la alta abstención del votante de izquierdas y la nula transferencia de voto del PSOEA a Adelante Andalucía.

“Andalucía no es España, España es Andalucía”, decía el catedrático de derecho de la universidad de Granada, parlamentario andaluz de Podemos y nacionalista andaluz, José Luis Serrano. Lo que él argüía por razones históricas desde la hispania romana hasta la actualidad, pasando por Al-Andalus, como sucesivos cambios de hegemonía política/cultural que nada tenían que ver con invasiones, trasiegos poblacionales o la construcción de los estados nación del XIX, sigue siendo válido en la actualidad como lo fue en la transición del franquismo a la democracia. Al igual que no puede haber una España centralista, totalitaria y desigual sin el concurso de Andalucía, no puede haber una España federal, democrática y en igualdad sin la implicación del pueblo andaluz en ese objetivo.

Si en la transición Andalucía determinó el modelo territorial de la constitución del 78 arrancando con las movilizaciones del 4 de diciembre de 1977, en este momento histórico en el que como consecuencias del austericidio neoliberal de la Unión Europea, crecen las ultraderechas nacionalistas, que vinculan de manera profunda la idea de estado como sinónimo de nación, en el suelo electoral abonado con la desigualdad, en Andalucía es donde se ha dado el primer gran aviso de que no es un imposible retroceder hacia un modelo de estado español centralista, antidemocrático y desigual.

En España, teniendo en cuenta la forma en que ésta se construye como nación tras el intento de constitución liberal de 1812 desmantelado por Fernando VII, no es posible un estado social y de derecho, nos atreveríamos a decir que ni con una mínima calidad democrática, sin el reconocimiento en igualdad de las distintas soberanías territoriales. El “a por ellos” no construye democracia, el PSOE andaluz apuntó Andalucía al “a por ellos” y a los recortes.

Nada de lo que contamos aquí estuvo en la agenda del 15M. Nunca debatió el 15M sobre el vínculo profundo entre modelo de estado y democracia, entre modelo de estado y derechos. No se trataría ya de reconocer o no la existencia de naciones culturales o políticas con derecho a decidir sobre su futuro, sino de atisbar que la única forma de oponerse al capitalismo neoliberal es reconstruir las soberanías usurpadas a los pueblos, ya se articulen sobre territorios con identidad cultural o política o, sencillamente como municipios o comarcas. Este espacio vacío olvidado por la pulsión de cambio que inaugura el 15M es el que están ocupando las ultraderechas europeas con el sencillo eslogan de “primero los nuestros”.

El gran proyecto contra neoliberal por construir en España, ahora que se desmorona el gigante del socialismo español, el PSOE A, fruto de la traición a su base electoral, como forma de oponerse al modelo de Estado centralista, totalitario y desigual, es un proyecto federal, republicano, democrático y en igualdad.

Esto es lo que ha inaugurado Adelante Andalucía, esto es los que se encuentra en la bandera andaluza que ha enarbolado durante toda la campaña, y esto es lo que ha permitido que el retroceso electoral no fuese del todo catastrófico, como lo podía haber sido sin el paraguas de la bandera de Andalucía. Fuera de esa bandera están las derechas, dentro está la defensa del federalismo, del republicanismo, de la democracia y de la igualdad.

Firmado por Mario Ortega y Francisco Garrido.

jueves, 6 de diciembre de 2018

El susanismo hunde el Titanic


El susanismo era el partido socialista obrero español de Andalucía en su evolución desde el felipismo hacia la degeneración ideológica. El susanismo lo componían una segunda generación de cargos de la etapa democrática que arranca en la transición acostumbrada al poder y el coche oficial, “la autoridad soy yo”. Una generación para la que el partido, al igual que para las y los andaluces, era la Junta de Andalucía. La identidad Junta = PSOEA era exacta. Una generación que aspiró al gobierno de España hasta que el sanchismo los derrotó contra pronóstico.

La fuerza del partido socialista en Andalucía surgió de la asunción de la demanda de autonomía para Andalucía como instrumento para sacarnos del atraso extremo en que nos había sumido el franquismo, y de su identificación durante decenios con toda mejora en los servicios públicos, derechos básicos e infraestructuras. Por aquel entonces del 4D de 1977 decenas de miles de calles de los barrios andaluces eran polvo en verano y barro en invierno. La España negra era en Andalucía la España negra de los señoritos con piso en la Castellana.

El susanismo era un partido sin memoria entregado al poder y el fasto. Gestor leal de recortes ordenados por Bruselas y Madrid. El susanismo era la derecha andaluza del feminismo para ricas, del andalucismo de feria con banderita española y toros para niños en Canal Sur, de la ecología green wash de Gas Natural en Doñana, del Andalucía es la España del “a por ellos” contra Cataluña, del, tras darle un patadón en el culo a IU, “he parado a los populistas de Podemos”.

El susanismo era la obediencia al IBEX35 para deteriorar de manera implacable la sanidad, la educación, los servicios sociales, la calidad en el empleo público. El susanismo era la docilidad y la connivencia con todos los poderes del capital que se instalaban en Andalucía para actuar como colonia de expolio. El susanismo era el heredero de los ERES, del Griñanismo y el Chavismo que entregaron las bancas andaluzas al capital madrileño, catalán y vasco. El susanismo era el sostén de Rajoy y el alimento de Ciudadanos. El susanimo era el creador de las condiciones de desigualdad para la irrupción de VOX.

No me gusta nada que el susanismo sea expulsado por un desplazamiento espectral del voto hacia la derecha, lo hubiese preferido hacia Adelante Andalucía. Concretamente, comparando con los resultados electorales de 2015, son 350.000 los votos desplazados desde la base social de izquierdas hacia los tres partidos de derechas, muy de derechas y totalitarios (PP, C`s y VOX), lo que sumado a los 330.000 que se han ido a la abstención, explican la debacle susanista. El hundimiento del Titanic felipista por una tripulación hinchada de soberbia.

El electorado andaluz, incluso el de izquierdas que se quedó en casa y no creyó en la opción Adelante Andalucía, votó mayoritariamente contra el susanismo, votó a la desesperada. Es lo que explica el desplazamiento del voto del PP a VOX, del PSOE a C´s y el anti voto que supone el crecimiento de la abstención. El movimiento tectónico, que todo apunta que se fraguó durante la campaña electoral, consiguió lo inesperado. Sacar al susanismo del poder en el momento en que Andalucía volvía a estar en el vagón de cola de las regiones europeas con un PIB inferior al 75% de la media.

El Titanic construido por el felipismo quebrándose lleno de botanas y hundiéndose en el mar electoral del dos de diciembre ha arrastrado el voto de sus proximidades, Adelante Andalucía no era el 2D suficientemente grande o suficientemente creíble para aguantar el efecto arrastre, solo ha resistido bien allí donde ya era grande, por ejemplo el 30% de voto en Cádiz capital manteniendo la posición de primera fuerza política. Si la alternativa Adelante Andalucía hubiese concurrido partida en alternativas, barcos, barcas o barquillas más pequeñas, la catástrofe para el voto progresista hubiese sido mucho mayor.

No, no me gusta que la Junta vaya a ser gobernada desde Madrid, de hecho las negociaciones se están produciendo allí. No, no es bueno para Andalucía que VOX sea decisivo en lo que se avecina. Pero reconozco que tal vez el pueblo andaluz, después de que el sorpaso de Podemos al PSOE, todavía felipista aún con Sánchez al frente, en 2015 no fuese posible, después de que el susanismo consintiese dos años y medio más a Rajoy (los números dieron en 2015 y en 2016 como se demostró en la moción de censura), reconozco, digo, que tal vez el pueblo andaluz no ha encontrado otra forma de expulsarlo de Andalucía.

El Titanic que supuso el socialismo andaluz ha sido hundido por quien siempre dijo, y aún estos días sigue diciéndolo, que era una ganadora cuando no ha hecho más que perder y perder hasta entregar Andalucía a los bárbaros.

sábado, 24 de noviembre de 2018

¡Qué alegría la esperanza!


Ayer la lluvia que nutrió durante toda la semana nuestra tierra se hizo emoción y memoria, futuro y alianza entre mayores y jóvenes en el acto central que Adelante Andalucía celebró en Granada.

Ayer gentes movilizadas, granadinas y andaluzas de corazón, llenamos el recinto Manuel de Falla del Palacio de Congresos de Granada y una sala aneja para el streaming a gente que no tuvo sitio dentro.

La comitiva con Teresa y Antonio al frente llegaba de Almería, donde el sol nace generoso, cargada de sal, luz y esperanza. En Motril primero y luego aquílos esperábamos guardando miles de abrazos hermanos para fundirlos con ellos.

Convocar en el Palacio de Congresos de Granada es una osadía, sólo lo hacían hasta ahora partidos con una inmensa red de sueldos, cargos y favores. La osadía se hizo reto, y el reto se hizo nombre, GRANADA, la más sultana de todas las andaluzas, llenóde pueblo el palacio vedado al pueblo.

Qué alegría recordar aquella primera vez que escuché la verdiblanca en Jerez de la Frontera contando, tal vez, con quince o dieciséis años. Qué alegría cantar a coro con la gente la versión de Patricia Lázaro. Qué alegría ver y sentir cómo todas y todos los intervinientes, terminaban sus discursos con un exultante ¡VIVA ANDALUCÍA LIBRE!

Qué Alegría Teresa Rodríguez, llena de vida, qué alegría Carmen Lizárraga, llena de sueños, qué alegría Antonio Maíllo, lleno de esperanza, qué alegría Chus Fernández, lleno de proyectos, qué alegría Ana Villaverde, llena de fuerza, qué alegría Ángel de la Cruz, lleno de Andalucía.

¡Qué alegría la esperanza!

miércoles, 14 de noviembre de 2018

Forjar la esperanza


El lunes por la tarde, en una desbordada de asistentes facultad de Ciencias Políticas de Granada, Carmen Lizarraga, cabeza de lista de Adelante Andalucía por Granada, hizo un "elogio de la esperanza". La esperanza como fuerza motor de todo lo mejor que tiene la humanidad. Lo contrapuso con un "reproche al miedo". El miedo como paralizante, el miedo como inductor del conformismo.

El resto de participantes, Alberto Garzón, Íñigo Errejón, Antonio Maillo y Teresa Rodríguez, brillantes como siempre y como Carmen, instigaron a construir una alianza intergeneracional para construir el futuro. Una alianza en una Andalucía que es mucho mejor que la indolencia que nos gobierna y muchísimo mejor que quienes vienen a esparcir el odio y la corrupción que les sobra.

Yo me acordaba de la primera vez que voté, recién cumplidos los 18 años, fue el 28 de febrero de 1980. Quedamos tempranito un puñado de colegas en el barrio del Zaidín. Mi memoria de aquella mañana soleada es fotográfica. En el muslo de mi pantalón vaquero gastado lucía una pequeña bandera andaluza.

Mi madre que pertenece a una generación que vivió el yugo y el desprecio de las y los andaluces durante la dictadura franquista, mientras se utilizaba nuestra cultura, lo andaluz, las más de las veces caricaturalizándola, para llenar el vacío cultural de aquella España oscura, me preguntó "¿dónde vas niño tan temprano?, a votar respondí, rápida respondió "niño, no te equivoques".

Aquella alianza intergeneracional forjó la esperanza de un pueblo que ganó para sí y para España.

Ha pasado mucho tiempo, contamos con un gobierno andaluz bloqueado que mantiene Andalucía entregada y dócil a intereses externos porque solo tiene intereses de supervivencia de un partido que no es socialista sino susanista. Esa sumisión y dependencia ha provocado que tengamos los peores indicadores sociales y económicos de Europa.

No nos lo merecemos, mi madre no se lo merece. Por eso yo también clamo por una nueva alianza intergeneracional que fragüe este próximo dos de diciembre de 2018.

En la foto estoy a la derecha de Íñigo Errejón. Él sostiene la bandera de Andalucía y yo tengo la mano abierta. Mi mano abierta es memoria y es esperanza, es recuerdo de mi madre, es recuerdo de José Luis Serrano que en los actos de Podemos de las elecciones andaluzas de 2015 levantaba la mano abierta, y es recuerdo del mejor andalucismo político y cultural, el de izquierdas que defiende Primavera Andaluza y que es ahora, no podría ser de otra manera, feminista y ecoandalucista.

Como repite Pilar González Modino en esta alianza andaluza: ¡Vámonos que nos vamos! Estamos forjando la esperanza, cuando Andalucía la forja, su fuerza es telúrica. Ocurrió dos veces, hagamos que vuelva a ocurrir.

domingo, 11 de noviembre de 2018

Andalucía viral, a propósito de Rosalía


Hace tiempo que me dan impulsos para escribir algo sobre Rosalía. Hasta hoy no había cuajado ninguno, había que atreverse. Hoy me atrevo.

Aviso, soy apasionado del flamenco, pero no un entendido. Por supuesto admiro a las y los artistas flamencos. En el plano de la crítica, a personas como Paco Sánchez Mújica, director de este medio, con la sabiduría para escribir sobre flamenco artículos como el que puso aquí hace unos días titulado Rosalía y 11 discos que sí son flamenco, o entrevistas como la que le hizo a Rosalía y publicó en CTXT en mayo de 2017 con el titular de boca de Rosalía “No espero gustarle a todo el mundo”.

Tengo una intuición fuerte. Desde luego he leído las opiniones sobre la cuestión de la "apropiación cultural". Unas no las comparto, otras me han puesto en duda y alguna me ha convencido firmemente de que es imprescindible que las y los artistas flamencos, cualquiera que sea su nivel escénico, reconozcan a quienes les antecedieron y al pueblo fuente, el pueblo andaluz y más concretamente al pueblo gitano andaluz. De eso no tengo duda, otra cosa es, como poco, ignominia.

Digo esto lo mismo que digo que la identidad cultural andaluza no se ha construido nunca sobre títulos de propiedad. De hecho si somos pueblo diferenciado es sobre una historia de siglos de mestizaje. Esa raíz mestiza nos hace culturalmente invasivos.

La intuición fuerte es que Andalucía es viral. Nuestra máxima y más universal expresión cultural, el flamenco, se deja contaminar y contamina. La componente invasiva viral hace que el “producto” flamenco o aflamencado (no uso este adjetivo en despectivo sino para ampliar el espectro de reconocimiento de lo flamenco y salir del debate, que considero inútil, entre lo que es y lo que no es flamenco), cualquiera que sea el grado de combinación musical con otros estilos, tradiciones o tendencias, si tiene calidad, “enferma” emocionalmente rápido a millones de corazones.

Rosalía ya había triunfado, ya era viral antes de que hiciese El mal querer. Mi hija, que lógicamente está en otras esferas de la conversación universal que inauguraron las redes sociales, me la descubrió hace un par de años. No es lo primero que me descubre, de Sevilla, de Granada, de Barcelona o de donde sea. Quedé pasmado. La viralidad cultural que en realidad se llama Andalucía y es el flamenco, intuyo que es la causa profunda, no el marketing, que hace posible que la emoción Rosalía traspase fronteras culturales y generacionales.

Yo la reivindico como nuestra en lugar de juzgar sobre lo que es o no es, lo que es nuestro o de otros o si es flamenco o producto mercantil. Lo cierto es que por donde pasa lo peta.

domingo, 4 de noviembre de 2018

¿España? ¿Cataluña?: ¡Andalucía!


El 2 de diciembre las y los andaluces estamos llamados a votar. Es nuestra democracia, no la democracia española o la catalana, es la nuestra. Por eso interesa que el debate se centre en nuestros problemas, en nuestras cosas y nuestra gente.

Si existe mucho paro en España, un 35% más en Andalucía, si existe precariedad laboral en España en Andalucía es el doble, si existe pobreza en España, casi el doble en Andalucía. Si la sanidad se ha deteriorado en España, más se ha deteriorado en Andalucía. Si las aulas están masificadas, nuestras niñas y niños pasan frío y calor y faltan docentes y maestras, más en Andalucía. Si las mujeres están en peor situación, en peor situación están en Andalucía cuando son kellys, monitoras escolares o trabajadoras de la hostelería. Si las y los jubilados están mal, peor están en Andalucía.

Si la política industrial es escasa, en Andalucía es nula. Si la transición energética o el cambio de modelo productivo o los autónomos importan poco, al gobierno andaluz le importan un cero patatero. Si las ciudades están contaminadas, tienen barrios con pobreza extrema e indices de sostenibilidad bajos, en Andalucía son bajísimos.

Este es el retrato real, por eso las elecciones andaluzas tienen que tener acento andaluz. No de Madrid, de Barcelona o de Bilbao, acento andaluz no solo de boquilla. Este es el retrato real en Andalucía después de cinco años de gobiernos de Susana Díaz aplicando recortes, siendo leal a Montoro, dejando gobernar a Rajoy, impidiendo que Sánchez acordarse con Podemos políticas progresistas, convirtiendo a la Junta de Andalucía en un ente colonial del gobierno central y permitiendo a Ciudadanos taladrar las cuentas públicas para destruir inversiones y servicios sociales. Este es el real retrato de cinco años de la presidenta Díaz dedicada a dar el salto a Madrid, sin plantear ninguna ofensiva seria para defender fuera de Andalucía los derechos de las y los andaluces. El retrato real de una Andalucía cuya presidenta ocultó la bandera andaluza hasta que fue derrotada por su enemigo Pedro Sánchez en unas primarias en las que no fue apoyada por el 30% de la militancia de su propio partido en Andalucía.

En este contexto, alimentada España desde Andalucía por la presidenta Díaz, intentando enfrentar al pueblo andaluz con el pueblo catalán, llegan Casados y Riveras, Juanmas y Teos, Arrimadas y Marines a las elecciones del 2 de diciembre para enseñarnos a pescar o para decirle a Donald Trump que instale la sexta flota en territorio y aguas andaluzas, para que les pongamos cervecitas y tapas a sus soldados cuando descansen un rato antes de bombardear el mundo. Así es como vienen a pescar nuestros votos, utilizando la bandera de España como una red para atrapar pequeñines, y lanzando granadas de odio sobre la existencia siempre pacífica del pueblo andaluz.

Pues no, no debemos consentirlo, no lo consintamos, ante la dicotomía España-Cataluña en la que ganan quienes nos quieren atrapar en un bucle de banderas para que no seamos conscientes de que son culpables de nuestra actual realidad socioeconómica y ambiental, hemos de responder en las urnas con una sola palabra ¡Andalucía!

lunes, 29 de octubre de 2018

Nobel para el pueblo andaluz

Los mejores momentos D05 - Gonzalo Torné

"Hasta que el pueblo las canta
las coplas, coplas no son;
y cuando las canta el pueblo,
ya nadie sabe el autor."
Manuel Machado

Se viene pidiendo el Nobel de literatura a título póstumo para Federico García Lorca. Es indudable que el prestigio del premio crecería con Federico en su palmarés.

En el mismo tiempo histórico en que nos atacan los bárbaros, si es que alguna vez dejaron de hacerlo, ya tomen el nombre de Tejerina, Verstrynge, Arzalluz, Lleida, Cospedal o Aguirre, me pregunto: si no es un disparate pedir el Nobel para un muerto, ¿por qué ha de serlo pedir el Nobel para un pueblo?

Andalucía es un pueblo vivo autor intelectual de un compendio gigantesco de poesía popular de tanta calidad como el tamaño del universo. Son las letras del flamenco. Andalucía, el pueblo andaluz, ha sido la gran, a lo mejor hasta la única, creadora colectiva literaria de la modernidad. Es prueba de que la inteligencia colectiva existe. Que me desmientan o maticen las y los sabios.

Si los griegos nos dieron el arte de la filosofía, el arte de las preguntas, el espacio para pensar las ciencias, las letras y las técnicas, las y los andaluces hemos entregado el alma a la humanidad a través del conjunto ciclópeo de letras flamencas a las que ningún tema les es ajeno.

Por ello, el pueblo andaluz, ese mestizaje genético y genealógico de culturas históricas, merece el Nobel de literatura por las letras flamenco. Ni que decir tiene que ha recogerlo deberíamos enviar una representación prominente del pueblo gitano andaluz.

domingo, 28 de octubre de 2018

El DAFO de las y los votantes progresitas andaluces

Aprovecho este análisis del director de La Vanguardia, Enric Juliana, que comparto ahí, para introducir en el debate una especie de DAFO (Debilidades, Amenazas, Fortalezas y Oportunidades) de las y los votantes andaluces progresistas más o menos de izquierdas respecto de las dos opciones de voto que se ajustarían a las expectativas de una vida mejor.


A Juliana, que es fino analista se le olvidan algunas claves relevantes de estas próximas elecciones andaluzas en este breve "Andaluces y Catalanes". Está bien su análisis, sin tener en cuenta el error cronológico por el que sitúa las grandes manifestaciones andaluzas por la autonomía en 1979, dos años después de las catalanas, en relaidad fueron el 4 de diciembre de 1977, bueno, se lo perdonamos,. Pero ese análisis a distancia está falto enjundia real al olvidar claves por la izquierda y centrarse en la derechización fratricida de Ciudadanos y el Partido Popular.

Veamos importantes detalles:

1. La substancial diferencia en la historia reciente entre el pesoe susanista que pactó con la derecha de Ciudadanos, prohibió el diálogo con Podemos y permitió que siguiese gobernando Rajoy, y el pesoe sanchista que actualmente tiene el gobierno del estado y acaba de cerrar un acuerdo presupuestario progresista con Unidos Podemos bien visto por Merkel.

2. Los 36 años de gobierno del pesoe cuyos logros (por eso gana el pesoe aquí) han sido dinamitados por la sumisión política de Susana Díaz a las políticas austericidas impulsadas a lo bestia por los gobiernos de Rajoy.

3. La presidenta Díaz, con la bandera española en una mano y la comprensión del "a por ellos" en la boca, se ha aliado con los poderes fácticos de su partido y de España, ya ideológicos ya económicos, y ha convertido la Junta de Andalucía en una oficina de los gobiernos centrales. Si la política es conflicto (que no es otra cosa) para obtener logros, la escena final de legislatura que puede ofrecer el pesoe andaluz a las y los andaluces es desértica.

4. Andalucía ha caído por debajo del 75% del PIB per Cápita medio de la UE, con cifras de paro, pobreza, precariedad y desigualdad escandalosas, volviendo a ser "región en desarrollo".

5. Sánchez volvió a dirigir el partido tras su defenestración, porque obtuvo el 30% del voto de la militancia andaluza. Militancia imprescindible para que la gran máquina electoral que es el pesoe andaluz esté a pleno rendimiento. Este 30% de militancia no ha sido reconocida en las listas electorales, Díaz no ha hecho concesiones al sanchismo.

6. ¿En qué medida se va a implicar Sánchez en la campaña? Es una incógnita. El consejo de gobierno celebrado ayer en Sevilla ha tenido un perfil muy bajo respecto a los problemas de Andalucía. ¿Una oportunidad perdida? ¿Son buenas las relaciones Sánchez- Díaz como intentan hacernos creer?

7. Y todo eso en un marco de derechización ultra del discurso invasivo en la campaña andaluza de los líderes de la derecha española Rivera y Casado, que no hablan de los problemas de Andalucía sino del asunto España/Cataluña enarbolando la rojigualda y ocultando la verdiblanca.

Todo esto, abre un espacio de trabajo y propuesta electoral a Adelante Andalucía al tiempo que puede desmovilizar algo de voto del pesoe y de las derechas, circunstancia relevante que Enric juliana ignora.

lunes, 15 de octubre de 2018

Susana Díaz frente al espejo


Si pones tu mano derecha ante el espejo no ves tu mano derecha, ves tu mano izquierda. Se llama quiralidad. Tus manos son iguales pero no son iguales, la una es la imagen de la otra en el espejo. En la química del carbono, que es la química de la vida, este es un asunto relevante. Hay moléculas orgánicas que son quirales, parecen iguales pero son como imágenes especulares no superponibles, como las manos. Se distinguen porque, cuando pasa la luz polarizada a través de sus compuestos, unas giran las ondas de luz a la derecha (dextrógiras) y las otras las giran a la izquierda (levógiras). Su función vital depende de su quiralidad.
El acuerdo presupuestario del gobierno Sánchez con Unidos Podemos, que previsiblemente se amplíe hasta obtener mayoría parlamentaria, pone a la presidenta de la Junta de Andalucía ente el espejo. Lo que se ve en la imagen del espejo es lo que ella pudo ser cuando decía ser de izquierdas y muy de izquierdas y no lo fue. Susana Díaz representa al PSOE que gira a la derecha ante la luz del 15M y en el espejo ve su imagen quiral, un PSOE que gira a la izquierda ante el empuje de Podemos y del 8M.
El acuerdo de presupuestos para 2019 ha desvelado con claridad, para quien todavía lo dudase, que el Gobierno andaluz es dextrógiro; nos conduce, como así ha sido en esta legislatura en su alianza con Ciudadanos, hacia la derecha. Además, el acuerdo firmado entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias ha desactivado el relato de la presidenta andaluza de que con Podemos no se podía negociar nada porque eran propuestas radicales irrealizables o buscaban sillones, como si ella llevara desde que tiene 18 años buscando espárragos. Unidos Podemos ha demostrado mucha voluntad de acuerdo dejando a un lado los temas que más comprometían al viejo PSOE y no ha habido ni un sólo sillón de por medio, sólo medidas que afectan al bienestar de millones de familias.
Durante tres años, Podemos Andalucía ha ofrecido negociar los presupuestos andaluces, incluidos los presupuestos de 2019. Tres años el PSOE del poder en Andalucía ha bloqueado esa posibilidad. Los mismos tres años que la presidenta Díaz ha intentado, y temporalmente conseguido, liquidar políticamente a Sánchez. Los mismos tres años que facilitó la continuidad de Rajoy y el PP en el Gobierno de España. Los mismos tres años que ha alimentado al partido que venido de Cataluña quiere pescar en Andalucía, diciendo que viene a enseñarnos a pescar, al grito de “a por ellos”, siendo el pueblo andaluz un pueblo de paz y diálogo y no de confrontación ni de guerra de banderas. Tres años desperdiciados para mejorar la vida y los servicios públicos por obra y gracia del susanismo dextrógiro.
Tras estos tres años, en menos de una semana, la presidenta Díaz ha convocado elecciones anticipadas y el presidente Sánchez ha pactado con Unidos Podemos. Las elecciones andaluzas serán anticipadas no por la inestabilidad a la que alude, sino porque el PSOE andaluz no tiene más remedio que evitar que el debate electoral esté cruzado por la sentencia de los ERES. Esta vez Susana Díaz no ha elegido el mejor momento, sino el momento menos malo. La decisión del adelanto electoral ha debido de ser muy difícil para los intereses del partido que lleva 37 años gobernando Andalucía.
No tenía opción buena. Si dejaba ir la legislatura hasta el final vendrían unas elecciones enredadas en la sentencia de los ERES, una sentencia que no se aventura buena, sumado a un gobierno de España con un proyecto pactado con Unidos Podemos y los nacionalismos vasco y catalán para llegar hasta 2020. Si adelantaba, malo, se le venía encima, como así ha sido, el acuerdo de presupuestos para 2019 de su exenemigo Sánchez con Unidos Podemos, desactivando el discurso de que Podemos es el demonio personificado.
Las eleciones andaluzas pueden demostrar que los números dan para un gobierno levógiro, que vaya por la izquierda. Ese 30% de afiliación del PSOE andaluz que votó en las primarias a Sánchez tiene una traducción mucho más alta entre el electorado andaluz. Si mira ahí, Adelante Andalucía verá un espacio de crecimiento electoral muy importante, tan importante como para disputarle la hegemonía de la representación de Andalucía a un PSOE andaluz que necesita una profunda renovación de cabo a rabo.
Ese electorado quiere certezas, futuro y seguridad de que lo nuevo será, como mínimo, mejor que lo viejo. Las gentes de luz a las que nuestro himno invoca no podemos permitir que el susanismo dextrógiro siga girando la luz de Andalucía hacia la derecha.
PUBLICADO EN LA VOZ DEL SUR

sábado, 13 de octubre de 2018

El pacto de Sánchez con Unidos Podemos deja a la jerarquía del PSOE andaluz en cueros


Convocadas las elecciones andaluzas y ya sabiendo inminente un anuncio de acuerdo entre el gobierno Sánchez y Unidos Podemos para unos presupuestos 2019 de calado social, el pesoe andaluz, que durante tres años se dedicó a torpedear la posibilidad de esta alianza estratégica para mejorar la vida de las y los españoles pensando sólo en términos de que Podemos era el enemigo, rogó a la ministra Montero una reunión de urgencia para que toda la foto en Andalucía no fuese la de LOS ACUERDOS DEL 11 DE OCTUBRE entre Sánchez y Unidos Podemos.

Mientras en una sala la ministra Montero negociaba con Echenique en la de al lado dejó un hueco de su precioso tiempo para reunirse relámpago con el consejero andaluz de Economía, Hacienda y Administración Pública, Rámirez de Arellano, concediéndole la foto de más abajo para que volviese a Andalucía con la "hipótesis" de 1.000 millones de euros para nuestra tierra, como explica la noticia que abajo comparto.

En una semana se ha demostrado la potencial uilidad para las mayorías sociales de las fuerzas políticas y electorales del cambio y el freno que ha supuesto el pesoe andaluz para que los avances que auguran los acuerdos del 11 de octubre se hubiesen producido hace ya casi tres años.

Pedir perdon es lo que debería hacer la Sra. Díaz el dia en que comience la campaña electoral porque los acuerdos del 11 de octubre dejan a la jerarquía del pesoe andaluz en cueros.